La maravilla de un solo copo de nieve supera la sabiduría de un millón de meteorologistas (Sir Francis Bacon)
"¿Es normal lo que estamos haciendo?" - Le preguntó a su compañero.
"No te entiendo. Pensé que disfrutabas con este trabajo".
"Bueno, en cierto modo sí, pero también soy consciente de que cada vez tenemos menos trabajo, no sé si será momento de buscar otra cosa. Cada vez, menos de nosostros vuelven a repetir".
"Ya, claro" - le secundó - "pero eso es porque los que continúan, realmente creen en lo que hacen, y no les importa sacrificarse para cumplir así su cometido. Ya sabes cual es nuestra misión".
"Sí, sí, y si estoy aquí, es porque me encanta ver esa chispa de ilusión que se asoma en los ojos de las personas cuando me ven llegar".
"Y no te olvides de las risas de los más pequeños cuando se ponen a jugar contigo" - le recordó su compañero".
"Es verdad, y me da miedo que llegue el día que no pueda estar con ellos" - sentenció con un tremendo sentimiento de preocupación.
"Y seguro que llegará ese día. Pero ahora no debes pensar en eso. Es algo que no ha pasado aun. Ahora tienes que estar alegre porque de nosotros depende el reforzar la ilusión de las personas y divertir a los que poseen espíritus jóvenes y entusiastas".
"Tienes razón. Tenemos que demostrar que este año vamos en serio, para sacar las mejores sonrisas".
"¡Así se habla!" - gritó. "¿Sabes? Me alegro de haberte conocido en este viaje. Ojalá te vuelva a ver en otro momento".
"Eso espero yo. Ha sido todo un placer".
Y los dos copos de nieve, cayeron con fuerza sobre el alfombrando blanco que cubría el patio de un colegio.
Felices Fiestas A Todos. Es Un Placer Haberos Conocido En Este Viaje Por Los Blogs. Cuidadín Con Las Uvas, No Os Atragantéis; Que Se Cumplan Todos Vuestros Deseos, Y..., Si No Se Cumplen, Entonces Hacedlos Realidad Por Vosotros Mismos Que Sois Capaces De Eso Y Más. Nos Seguimos Leyendo El Próximo Año.
Un Abrazo Lleno De Afecto A Cada Uno De Vosotros.
"Un gran trabajo", de Acus.
miércoles, 20 de diciembre de 2006
martes, 19 de diciembre de 2006
No sé lo que me pasa
La televisión nos proporciona temas sobre los que pensar, pero no nos deja tiempo para hacerlo (Gilbert Cesbron)
No sé lo que me pasa.
Hay momentos en los que me quedo petrificado, con la mente en blanco, sin saber qué hacer, ni a dónde dirigirme. Sin ni siquiera saber por qué estoy así, sin poder explicar lo que me paraliza.
A veces, parace que dejo de avanzar, y sólo consigo andar como los cangrejos. Siempre hacia atrás, dándole mi espalda a todo, como si quisiera volver al punto de origen.
Hay días, que mi avance es tan lento, que llego a gastar varias horas, hasta que consigo levantarme del sofá. En esos días, para intentar dormir, sólo tengo que contar una oveja, ya que debido a su relentizado paseo y posterior salto a la valla, me da tiempo de cerrar los ojos y dormir..., pero se cierran tan despacio...
Sin embargo, muchas veces me siento acelarado, hasta tal punto, que no me he podido percatar de muchos de los detalles en los que a diario me fijo.
Creo que también padezco algún tipo de trastorno. En algunas ocasiones, me encuentro hablando de una forma extraña, que ni yo mismo comprendo. Y sin embargo, parece que a mí sí que me entienden.
Y por si esto fuera poco, también sufro pérdidas de memoria. De repente, mi conciencia puede despertar en un parque, cuando lo último que recordaba era estar preparándome el desayuno.
Aunque sospecho.
Nunca me ha dado buena espina aquel cuadrado negro que permanece constantemente a mi lado, haga lo que haga, y vaya a donde vaya. Parece que la gente no se da cuenta de él. Un día, me quedé mirando fíjamente el cuadrado de color negro abismo, y cuando mi vista se acostumbro a su dolorosa sensación de vacío, pude ver a unas personas que me estaban mirando fíjamente, y que en su mano tenían una especie de varita ancha con motivos escritos en relieve, y fui consciente los segundos suficientes para darme cuenta de que, de alguna manera, ellos podían hacer que yo estuviera...
Y por si esto fuera poco, también sufro pérdidas de memoria. De repente, mi conciencia puede despertar en...
...
"Cariño, este dvd está rayado, siempre se vuelve para atrás en este punto, vamos a la tienda a descambiarlo".
"No sé lo que me pasa", de Acus.
No sé lo que me pasa.
Hay momentos en los que me quedo petrificado, con la mente en blanco, sin saber qué hacer, ni a dónde dirigirme. Sin ni siquiera saber por qué estoy así, sin poder explicar lo que me paraliza.
A veces, parace que dejo de avanzar, y sólo consigo andar como los cangrejos. Siempre hacia atrás, dándole mi espalda a todo, como si quisiera volver al punto de origen.
Hay días, que mi avance es tan lento, que llego a gastar varias horas, hasta que consigo levantarme del sofá. En esos días, para intentar dormir, sólo tengo que contar una oveja, ya que debido a su relentizado paseo y posterior salto a la valla, me da tiempo de cerrar los ojos y dormir..., pero se cierran tan despacio...
Sin embargo, muchas veces me siento acelarado, hasta tal punto, que no me he podido percatar de muchos de los detalles en los que a diario me fijo.
Creo que también padezco algún tipo de trastorno. En algunas ocasiones, me encuentro hablando de una forma extraña, que ni yo mismo comprendo. Y sin embargo, parece que a mí sí que me entienden.
Y por si esto fuera poco, también sufro pérdidas de memoria. De repente, mi conciencia puede despertar en un parque, cuando lo último que recordaba era estar preparándome el desayuno.
Aunque sospecho.
Nunca me ha dado buena espina aquel cuadrado negro que permanece constantemente a mi lado, haga lo que haga, y vaya a donde vaya. Parece que la gente no se da cuenta de él. Un día, me quedé mirando fíjamente el cuadrado de color negro abismo, y cuando mi vista se acostumbro a su dolorosa sensación de vacío, pude ver a unas personas que me estaban mirando fíjamente, y que en su mano tenían una especie de varita ancha con motivos escritos en relieve, y fui consciente los segundos suficientes para darme cuenta de que, de alguna manera, ellos podían hacer que yo estuviera...
Y por si esto fuera poco, también sufro pérdidas de memoria. De repente, mi conciencia puede despertar en...
...
"Cariño, este dvd está rayado, siempre se vuelve para atrás en este punto, vamos a la tienda a descambiarlo".
"No sé lo que me pasa", de Acus.
sábado, 16 de diciembre de 2006
Tortura
Ante las injusticias y adversidades de la vida... ¡calma! (Mahatma Gandhi)
"¡Basta, basta por favor, noooooo!" - grité desesperado.
No me hacían ni caso. Parecían inmunes a la desgarradora voz con la que no paraba, ni un momento, de suplicarles piedad.
"¿Por qué me estáis haciendo esto?" - mi voz se tornó más lastimera, intentado transmitir pena, para que me dejaran de atormentar.
No hubo movimiento alguno que indicara que el horror iba a terminar de forma tan sencilla. Mis fuerzas empezaban a flaquear. Estaba rígido, no me podía mover. Hacerlo, habría significado el desastre. Sin ni siquiera una mirada, de repente se alejaron y me dejaron allí, abandonado a mi suerte, en ese autobús.
Menos mal que las barras de pan recién hechas, que me tenían arrinconado contra la pared del vehículo, se bajaron en esa parada, a punto estuve de comerme un piquito y salir corriendo...
"¡Basta, basta por favor, noooooo!" - grité desesperado.
No me hacían ni caso. Parecían inmunes a la desgarradora voz con la que no paraba, ni un momento, de suplicarles piedad.
"¿Por qué me estáis haciendo esto?" - mi voz se tornó más lastimera, intentado transmitir pena, para que me dejaran de atormentar.
No hubo movimiento alguno que indicara que el horror iba a terminar de forma tan sencilla. Mis fuerzas empezaban a flaquear. Estaba rígido, no me podía mover. Hacerlo, habría significado el desastre. Sin ni siquiera una mirada, de repente se alejaron y me dejaron allí, abandonado a mi suerte, en ese autobús.
Menos mal que las barras de pan recién hechas, que me tenían arrinconado contra la pared del vehículo, se bajaron en esa parada, a punto estuve de comerme un piquito y salir corriendo...
jueves, 14 de diciembre de 2006
Muñequita rota
¬
Esta es la historia de una muñequita rota que cayó en el agua,
era tan pequeña, nadie sabe muy bien cómo, pero se ahogó.
Como era de tela se hundió enseguida,
ahora me sonríe desde el fondo del mar.
Rota al caer en agua,
esa muñeca que trataba sólo de flotar,
ya no recuerda que el soldado la quiso salvar
y ella no supo agarrarse a ninguna parte
y ahí rota se quedó…
Hace mucho tiempo un soldadito de plomo le pidió la mano
y ella tan bonita sin dudarlo, ni un momento, se la concedió.
Se puso un vestido de lino blanco
y él muy arreglado se la llevó.
Mira muñeca mía cómo te quiero
y cómo voy a cuidarte, no tengas miedo,
nunca voy a soltarte
y la muñeca sonrió.
Esa misma noche por el puerto las estrellas les acompañaron.
Iban paseando muy felices y juntitos por el muelle mayor.
Él se fue a buscarle la única flor
y ella tan coqueta en el agua se miró.
Rota al caer en agua,
esa muñeca que trataba sólo de flotar,
ya no recuerda que el soldado la quiso salvar
y ella no supo agarrarse a ninguna parte,
Y ahí rota se quedó...
"Muñequita rota", de La Media Luna
Esta es la historia de una muñequita rota que cayó en el agua,
era tan pequeña, nadie sabe muy bien cómo, pero se ahogó.
Como era de tela se hundió enseguida,
ahora me sonríe desde el fondo del mar.
Rota al caer en agua,
esa muñeca que trataba sólo de flotar,
ya no recuerda que el soldado la quiso salvar
y ella no supo agarrarse a ninguna parte
y ahí rota se quedó…
Hace mucho tiempo un soldadito de plomo le pidió la mano
y ella tan bonita sin dudarlo, ni un momento, se la concedió.
Se puso un vestido de lino blanco
y él muy arreglado se la llevó.
Mira muñeca mía cómo te quiero
y cómo voy a cuidarte, no tengas miedo,
nunca voy a soltarte
y la muñeca sonrió.
Esa misma noche por el puerto las estrellas les acompañaron.
Iban paseando muy felices y juntitos por el muelle mayor.
Él se fue a buscarle la única flor
y ella tan coqueta en el agua se miró.
Rota al caer en agua,
esa muñeca que trataba sólo de flotar,
ya no recuerda que el soldado la quiso salvar
y ella no supo agarrarse a ninguna parte,
Y ahí rota se quedó...
"Muñequita rota", de La Media Luna
domingo, 10 de diciembre de 2006
La papelería
El amor es un crimen que no puede realizarse sin cómplice, (Charles Boudelaire)
Por aquella estrecha acera, íbamos los dos en la misma dirección, pero en sentidos opuestos. Antes de cruzarnos, ella se giró y entró en una papelería que era bastante conocida en aquella zona. Tres pasos más y también entré yo.
La fotocopiadora de mi oficina se había estropeado, y tenía que hacer bastantes copias de unos documentos importantes para enviar ese mismo día. No los hubiera enviado, si la boca de aquella chica me lo hubiera pedido.
El pelo rubio le salpicaba los hombros y sus ojos color miel invitaban a uno a convertirse en abeja. Llevaba unas finas y rojas gafas que le quedaban muy bien. Aunque no lo aparentaba, tenía que tener prisa, ya que los dedos tamborileaban arítmicamente sobre su carpeta negra.
Después de veinte minutos de espera, y de que ella hubiera estado fotocopiando con su mirada cada rincón de la tienda, ya sólo quedábamos los dos, justo cuando la dependiente colocaba el letrero de "cerrado" en la puerta. Se giró hacia nosotros y preguntó quién era el siguiente, y con rapidez olímpica, la chica de los ojos color miel me miró, mientras pronunciaba el pronombre "él", con un brillo en los ojos que gritaba "no digas la verdad, por favor", como cuando un alumno se echa las culpas al encubrir a un apreciado compañero suyo.
Su mirada nos convenció tanto a la dependienta como a mí, así que empezó a realizar las copias de los documentos que yo traía. Miré a la chica de la carpeta negra, sin decirle nada, con una sonrisa de oreja a oreja, aunque ella no me estaba mirando. Sentía que algo le preocupaba.
Pagué, recogí mis copias, ella empezó a sacar las hojas que quería fotocopiar, me empecé a dar la vuelta, giró su cabeza para no verme, yo la giré buscando la puerta de salida y así empezar a partir, ella le entregó las hojas a la dependiente, abrí la puerta, sentí sus nervios, sentí el frecor de la calle, mis pies empezaron a abandonar la tienda, aunque mis recuerdos aun seguían dentro, y en cuestión de minutos llegué a casa.
Al día siguiente, la volví a ver, era ella sin duda, nunca podría olvidar esa cara. Allí estaba yo, sentado en mi sofa, ella delante de mí, a escasos tres metros. Las noticias hablaban de un atraco a una papelería, y pusieron una foto de ella...
"La papelería", de Acus.
Por aquella estrecha acera, íbamos los dos en la misma dirección, pero en sentidos opuestos. Antes de cruzarnos, ella se giró y entró en una papelería que era bastante conocida en aquella zona. Tres pasos más y también entré yo.
La fotocopiadora de mi oficina se había estropeado, y tenía que hacer bastantes copias de unos documentos importantes para enviar ese mismo día. No los hubiera enviado, si la boca de aquella chica me lo hubiera pedido.
El pelo rubio le salpicaba los hombros y sus ojos color miel invitaban a uno a convertirse en abeja. Llevaba unas finas y rojas gafas que le quedaban muy bien. Aunque no lo aparentaba, tenía que tener prisa, ya que los dedos tamborileaban arítmicamente sobre su carpeta negra.
Después de veinte minutos de espera, y de que ella hubiera estado fotocopiando con su mirada cada rincón de la tienda, ya sólo quedábamos los dos, justo cuando la dependiente colocaba el letrero de "cerrado" en la puerta. Se giró hacia nosotros y preguntó quién era el siguiente, y con rapidez olímpica, la chica de los ojos color miel me miró, mientras pronunciaba el pronombre "él", con un brillo en los ojos que gritaba "no digas la verdad, por favor", como cuando un alumno se echa las culpas al encubrir a un apreciado compañero suyo.
Su mirada nos convenció tanto a la dependienta como a mí, así que empezó a realizar las copias de los documentos que yo traía. Miré a la chica de la carpeta negra, sin decirle nada, con una sonrisa de oreja a oreja, aunque ella no me estaba mirando. Sentía que algo le preocupaba.
Pagué, recogí mis copias, ella empezó a sacar las hojas que quería fotocopiar, me empecé a dar la vuelta, giró su cabeza para no verme, yo la giré buscando la puerta de salida y así empezar a partir, ella le entregó las hojas a la dependiente, abrí la puerta, sentí sus nervios, sentí el frecor de la calle, mis pies empezaron a abandonar la tienda, aunque mis recuerdos aun seguían dentro, y en cuestión de minutos llegué a casa.
Al día siguiente, la volví a ver, era ella sin duda, nunca podría olvidar esa cara. Allí estaba yo, sentado en mi sofa, ella delante de mí, a escasos tres metros. Las noticias hablaban de un atraco a una papelería, y pusieron una foto de ella...
"La papelería", de Acus.
viernes, 8 de diciembre de 2006
Sin más espera
¬
Huérfanos son mis besos de tu boca,
y huérfanas mis manos de tu piel;
huérfano estoy de ti, como el pincel
del color que el artista no convoca.
Cada mañana mi ansiedad invoca
tantas razones para serte infiel…
Si tantos libros hay en mi anaquel,
¿por qué uno solo tu memoria evoca?
No quiero releer lo ya leído,
quiero ese libro tuyo y, sumergido
entre sus líneas, conocerte entera.
Quiero estrenar tus páginas, leerte
con ojos, manos, voz, y retenerte;
sin orfandad de ti, sin más espera
"Sin más espera", de Francisco Álvarez Hidalgo
Huérfanos son mis besos de tu boca,
y huérfanas mis manos de tu piel;
huérfano estoy de ti, como el pincel
del color que el artista no convoca.
Cada mañana mi ansiedad invoca
tantas razones para serte infiel…
Si tantos libros hay en mi anaquel,
¿por qué uno solo tu memoria evoca?
No quiero releer lo ya leído,
quiero ese libro tuyo y, sumergido
entre sus líneas, conocerte entera.
Quiero estrenar tus páginas, leerte
con ojos, manos, voz, y retenerte;
sin orfandad de ti, sin más espera
"Sin más espera", de Francisco Álvarez Hidalgo
jueves, 7 de diciembre de 2006
El saltamontes
Porque la tortuga tiene los pies seguros, ¿es ésta una razón para cortar las alas al águila? (Edgar Allan Poe)
Volviendo a casa, después de un tranquilo día de trabajo, me encontré con un saltamontes en medio de la acera por la que caminaba. Me di cuenta de que estaba allí, un metro antes de pasar por su lado. Mi mente ya empezó a trabajar a marchas forzadas durante las milésismas de segundo que nos separaban a ambos, pero mis piernas no reaccionaron a tiempo.
No, no lo pisé, ni mucho menos. Me encantan los animales, los insectos y demás bichos tales como los arácnidos. Intento no causarles el menor daño. Lo que pasó fue que mi cabeza pensó:
"Pasa por su derecha, así te estará dando la espalda, por si quisiera saltar y alejarse así de un posible peligro mayor, como que le pise una persona o algo por el estilo".
Pero mis piernas fueron por la izquierda de donde se encontraba el saltamontes, esto es, que me miraba directamente. Y efectivamente, el saltamontes saltó.
No me quedaba nada mal en el abrigo, pero para ser sincero, llevar un broche que se mueve y que en grandes cantidades se transforma en plaga, pues la verdad que no me favorece. Más que nada porque tengo que alimentarle y esas cosas, y yo soy muy dejado.
En ningún momento paré de andar, y mientras él viajaba como un polizonte, decidí cogerle con la mano para ponerle en algún seto que me quedara de paso. Pero fue sólo eso, una decisión, porque en cuanto que acerqué mi mano, dio otro salto y se posó en unos arbustos que había a mi derecha.
Creo que jugó con mis sentimientos, porque por el rabillo del ojo, pude ver como me sacaba la lengua. Entonces me di cuenta de que el saltamontes no era el mismo que el que un día salvé de ser atropellado en una calle cercana a mi casa, cogiéndolo y depositándolo en unos matorrales.
Volviendo a casa, después de un tranquilo día de trabajo, me encontré con un saltamontes en medio de la acera por la que caminaba. Me di cuenta de que estaba allí, un metro antes de pasar por su lado. Mi mente ya empezó a trabajar a marchas forzadas durante las milésismas de segundo que nos separaban a ambos, pero mis piernas no reaccionaron a tiempo.
No, no lo pisé, ni mucho menos. Me encantan los animales, los insectos y demás bichos tales como los arácnidos. Intento no causarles el menor daño. Lo que pasó fue que mi cabeza pensó:
"Pasa por su derecha, así te estará dando la espalda, por si quisiera saltar y alejarse así de un posible peligro mayor, como que le pise una persona o algo por el estilo".
Pero mis piernas fueron por la izquierda de donde se encontraba el saltamontes, esto es, que me miraba directamente. Y efectivamente, el saltamontes saltó.
No me quedaba nada mal en el abrigo, pero para ser sincero, llevar un broche que se mueve y que en grandes cantidades se transforma en plaga, pues la verdad que no me favorece. Más que nada porque tengo que alimentarle y esas cosas, y yo soy muy dejado.
En ningún momento paré de andar, y mientras él viajaba como un polizonte, decidí cogerle con la mano para ponerle en algún seto que me quedara de paso. Pero fue sólo eso, una decisión, porque en cuanto que acerqué mi mano, dio otro salto y se posó en unos arbustos que había a mi derecha.
Creo que jugó con mis sentimientos, porque por el rabillo del ojo, pude ver como me sacaba la lengua. Entonces me di cuenta de que el saltamontes no era el mismo que el que un día salvé de ser atropellado en una calle cercana a mi casa, cogiéndolo y depositándolo en unos matorrales.
lunes, 4 de diciembre de 2006
Decálogo
El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser expulsados (Jean Paul)
Hola, querido lector. Esta guía le será muy útil cuando tenga que viajar a Dublín. Gracias por confiar en nuestra revista semanal del viajero "Viaje por el morro".
1.- Si va a coger un avión, revise que su DNI no esté caducado.
Mi primo lo tenía caducado. No pudo volar con nosotros. Eso sí, ya habíamos facturado todas las maletas incluida la suya. Bueno, allí podríamos vender su ropa en un rastrillo y sacar algo de dinero...
2.- No haga caso a los policías del aeropuerto, haga caso a su instinto.
Después de facturar las maletas, fuimos a la comisaría del aeropuerto para renovar el DNI y así volar con el resguardo. Pero nos dijeron que allí solo hacían pasaportes, no DNI, pero le dijeron que como volaba a una zona de la UE, que no pasaba nada, que salir, podía salir del país, y que para la vuelta lo tenía más fácil porque como era español, no le iban a retener allí. Llegando al tercer control, no le dejaron pasar. El policía que estaba en la ventanilla le dijo que era su trabajo, que no era posible ya que podía llegar a Irlanda, sí, pero no le iban a dejar salir del aeropuerto. Digo yo que eso se avisa antes, y nos vamos a otra comisaría fuera del aeropuerto.
3.- Si va a viajar a Dublín, no aterrice en Shannon.
Al día siguiente, mi primo se cogió un vuelo de ida para Irlanda, ya que el de vuelta lo conservaba (sólo cancelamos su billete de ida del día anterior). ¿Por qué a Shannon? Porque era el vuelo más barato y que antes llegaba a Irlanda. Lo que no sabía mi primo, es que Shannon está en la zona oeste, y Dublín en la zona este. Hay 400 kilómetros de distancia entre las dos ciudades.
4.- Para los viajes de largo recorrido en autobús, hágase pasar por estudiante.
El conductor del autobús, le preguntó a mi primo si era estudiante. Mi primo dijo "yes", y el billete le salió 5 euros más barato. Menos mal que no tuvo que enseñar carnet de estudiante ni nada. ¡Qué confiados son estos irlandeses!
5.- Asegúrese de que el móvil le funciona a sus compañeros de travesía.
Mi primo tenía activado el servicion roaming, pero ni podía localizarnos, ni podíamos localizarle. El jueves, durante la comida, no sabíamos nada de él. Por mis padres, que había cogido un avión a las 13:00 horas. No se sabía si había llegado al aeropuerto, si estaba en el autobús... Por la tarde, sobre las 19:00 horas, llamó mi primo a mi hermana. Lo hacía desde una cabina, pues el grupo de españoles con el que se juntó tenían también los móviles no-operativos. Ya nos dijo que sobre las 23:00 horas llegaría a Dublín, que el avión se demoró, y el autobús también. Ya nos quedamos más tranquilos.
6.- Si va a la cárcel, no olvide abrigarse.
Visitamos Kilmainham Gaol, la cárcel donde se rodó la película "En el nombre del Padre". El guía hablaba a veces en gaélico, por lo que no se le entendía nada. Bueno, cuando hablaba inglés tampoco. Estando en la zona de celdas de subsuelo, nos comentó que en principio eran celdas individuales, pero que en muchas ocasiones llegaba a haber 4 o 5 prisioneros. Había solo una manta por celda (no por prisioneros) y una vela "tan larga" como la mitad de un boli Bic. Cada vela, tenía que durarte un mes, ya que no te daban otra antes. La comida básicamente era pan, leche, tomates me pareció oír también. Por haber robado comida, tu condena ya era de 3 meses. Durante la explicación, quien tenía el abrigo en la mano se lo puso, y quien lo tenía desabrochado, se lo abrochó. Hacía frío, estábamos abrigados, y sólo llevábamos 5 minutos en el corredor. Antes de cumplir la condena, muchos morían.
7.- No olvide pasar por un Irish Pub.
En uno de los muchísimos Pubs Irlandeses nos fuimos a cenar la última noche. Queríamos ir a uno donde hubiese música en directo. Estábamos en primera fila mientras el chico tocaba la guitarra con temas por lo general muy animados de U2, The Beatles, Bob Dylan... Nuestra mesa era la única que cantaba con él y le hacía los coros. Entre canción y canción, el cantante nos señaló y preguntó si éramos españoles, asentimos y se tapó los oídos con los dedos y dijo: ¡Uff, noisy! (ruidosos), a lo que volvimos a asentir. Lo que es verdad, es verdad.
8.- Consuma productos típicos del lugar.
Allí había dos clases de cerveza: La Guinness y las demás. Además, para servírtela, tenía su preparación y todo. Mientras estuvimos en el Irish Pub, entró un Leprechaun, (duende típico de Irlanda, vestido de verde, llevando un trebol de la suerte) no sé si era un hombre disfrazado, o era el efecto secundario de la Guinness. Hablamos un poco con él, y sus amigos, al darse cuenta de que éramos españoles, empezaron a cantar la canción de "La bamba". Nosotros se la cantamos entera. Cuando nuestro momento de gloria se apaciguó, Daragh (el cantante) volvió a tocar la guitarra.
9.- Lleve siempre suelto en su monedero.
El autobús, al menos el nuestro (el que nos dejaba en el aeropuerto), valía 1,70 euros (el ticket, no el autobús) pero alguno no llevábamos suelto, y la conductora no cambiaba el dinero ya que había que introducirlo en una máquina que debía de tener mucho hambre, ya que se quedaba con todo lo que entraba. Algunos pagamos 2 euros, jo, pero bueno, no podíamos esperar al siguiente ya que había tardado media hora en venir, y estábamos formando cola mirando si teníamos suelto o no, así que, ya lo sabemos para la próxima vez. El autobús se estropeó a medio camino y tuvimos que coger otro (sin coste alguno, menos mal).
10.- Saber un segundo idioma no es necesario en Dublín.
En "Carrols", una tienda típica con productos típicos de Irlanda, nos atendió un sevillano. En una cafetería a la que paramos una mañana para descansar un rato y recuperar fuerzas, nos atendió una mallorquina. En la tienda de la Fábrica de Guinness, el que nos cobró era Irlandés, pero sabía algo de español y en español hablamos...
El director de la revista, les da a todos las gracias por sus comentarios de la semana pasada, y les desea have a good time reading the next magazine.
Hola, querido lector. Esta guía le será muy útil cuando tenga que viajar a Dublín. Gracias por confiar en nuestra revista semanal del viajero "Viaje por el morro".
1.- Si va a coger un avión, revise que su DNI no esté caducado.
Mi primo lo tenía caducado. No pudo volar con nosotros. Eso sí, ya habíamos facturado todas las maletas incluida la suya. Bueno, allí podríamos vender su ropa en un rastrillo y sacar algo de dinero...
2.- No haga caso a los policías del aeropuerto, haga caso a su instinto.
Después de facturar las maletas, fuimos a la comisaría del aeropuerto para renovar el DNI y así volar con el resguardo. Pero nos dijeron que allí solo hacían pasaportes, no DNI, pero le dijeron que como volaba a una zona de la UE, que no pasaba nada, que salir, podía salir del país, y que para la vuelta lo tenía más fácil porque como era español, no le iban a retener allí. Llegando al tercer control, no le dejaron pasar. El policía que estaba en la ventanilla le dijo que era su trabajo, que no era posible ya que podía llegar a Irlanda, sí, pero no le iban a dejar salir del aeropuerto. Digo yo que eso se avisa antes, y nos vamos a otra comisaría fuera del aeropuerto.
3.- Si va a viajar a Dublín, no aterrice en Shannon.
Al día siguiente, mi primo se cogió un vuelo de ida para Irlanda, ya que el de vuelta lo conservaba (sólo cancelamos su billete de ida del día anterior). ¿Por qué a Shannon? Porque era el vuelo más barato y que antes llegaba a Irlanda. Lo que no sabía mi primo, es que Shannon está en la zona oeste, y Dublín en la zona este. Hay 400 kilómetros de distancia entre las dos ciudades.
4.- Para los viajes de largo recorrido en autobús, hágase pasar por estudiante.
El conductor del autobús, le preguntó a mi primo si era estudiante. Mi primo dijo "yes", y el billete le salió 5 euros más barato. Menos mal que no tuvo que enseñar carnet de estudiante ni nada. ¡Qué confiados son estos irlandeses!
5.- Asegúrese de que el móvil le funciona a sus compañeros de travesía.
Mi primo tenía activado el servicion roaming, pero ni podía localizarnos, ni podíamos localizarle. El jueves, durante la comida, no sabíamos nada de él. Por mis padres, que había cogido un avión a las 13:00 horas. No se sabía si había llegado al aeropuerto, si estaba en el autobús... Por la tarde, sobre las 19:00 horas, llamó mi primo a mi hermana. Lo hacía desde una cabina, pues el grupo de españoles con el que se juntó tenían también los móviles no-operativos. Ya nos dijo que sobre las 23:00 horas llegaría a Dublín, que el avión se demoró, y el autobús también. Ya nos quedamos más tranquilos.
6.- Si va a la cárcel, no olvide abrigarse.
Visitamos Kilmainham Gaol, la cárcel donde se rodó la película "En el nombre del Padre". El guía hablaba a veces en gaélico, por lo que no se le entendía nada. Bueno, cuando hablaba inglés tampoco. Estando en la zona de celdas de subsuelo, nos comentó que en principio eran celdas individuales, pero que en muchas ocasiones llegaba a haber 4 o 5 prisioneros. Había solo una manta por celda (no por prisioneros) y una vela "tan larga" como la mitad de un boli Bic. Cada vela, tenía que durarte un mes, ya que no te daban otra antes. La comida básicamente era pan, leche, tomates me pareció oír también. Por haber robado comida, tu condena ya era de 3 meses. Durante la explicación, quien tenía el abrigo en la mano se lo puso, y quien lo tenía desabrochado, se lo abrochó. Hacía frío, estábamos abrigados, y sólo llevábamos 5 minutos en el corredor. Antes de cumplir la condena, muchos morían.
7.- No olvide pasar por un Irish Pub.
En uno de los muchísimos Pubs Irlandeses nos fuimos a cenar la última noche. Queríamos ir a uno donde hubiese música en directo. Estábamos en primera fila mientras el chico tocaba la guitarra con temas por lo general muy animados de U2, The Beatles, Bob Dylan... Nuestra mesa era la única que cantaba con él y le hacía los coros. Entre canción y canción, el cantante nos señaló y preguntó si éramos españoles, asentimos y se tapó los oídos con los dedos y dijo: ¡Uff, noisy! (ruidosos), a lo que volvimos a asentir. Lo que es verdad, es verdad.
8.- Consuma productos típicos del lugar.
Allí había dos clases de cerveza: La Guinness y las demás. Además, para servírtela, tenía su preparación y todo. Mientras estuvimos en el Irish Pub, entró un Leprechaun, (duende típico de Irlanda, vestido de verde, llevando un trebol de la suerte) no sé si era un hombre disfrazado, o era el efecto secundario de la Guinness. Hablamos un poco con él, y sus amigos, al darse cuenta de que éramos españoles, empezaron a cantar la canción de "La bamba". Nosotros se la cantamos entera. Cuando nuestro momento de gloria se apaciguó, Daragh (el cantante) volvió a tocar la guitarra.
9.- Lleve siempre suelto en su monedero.
El autobús, al menos el nuestro (el que nos dejaba en el aeropuerto), valía 1,70 euros (el ticket, no el autobús) pero alguno no llevábamos suelto, y la conductora no cambiaba el dinero ya que había que introducirlo en una máquina que debía de tener mucho hambre, ya que se quedaba con todo lo que entraba. Algunos pagamos 2 euros, jo, pero bueno, no podíamos esperar al siguiente ya que había tardado media hora en venir, y estábamos formando cola mirando si teníamos suelto o no, así que, ya lo sabemos para la próxima vez. El autobús se estropeó a medio camino y tuvimos que coger otro (sin coste alguno, menos mal).
10.- Saber un segundo idioma no es necesario en Dublín.
En "Carrols", una tienda típica con productos típicos de Irlanda, nos atendió un sevillano. En una cafetería a la que paramos una mañana para descansar un rato y recuperar fuerzas, nos atendió una mallorquina. En la tienda de la Fábrica de Guinness, el que nos cobró era Irlandés, pero sabía algo de español y en español hablamos...
El director de la revista, les da a todos las gracias por sus comentarios de la semana pasada, y les desea have a good time reading the next magazine.
martes, 28 de noviembre de 2006
Viaje
Vivir en la Tierra es caro pero ello incluye un viaje gratis alrededor del sol cada año (Anónimo)
"¡Din don din! Pasajeros con el vuelo 3891 destino Dublín, pueden empezar a embarcar por la puerta 13"
Es nuestro vuelo. Damos por finalizada nuestra partida de cartas. Las guardamos junto al bolsillo de nuestro entusiasmo, cogemos las maletas y nos dirigimos al pasillo que nos conducirá al avión. Mi prima ha sido más rápida (o yo más considerado) y se ha sentado junto a la ventanilla.
El motor ruge y yo le digo a mi corazón que ya falta poco para llegar, así que, aunque todavía impaciente, se tranquiliza. El motor se enciende (esta vez sí es el del avión). Nos elevamos mientras no paro de pensar que algún día me lanzaré en paracaídas. Mis ganas de llegar me están esperando ya en Irlanda. ¡Ya voy, ya voy!, les digo.
Esto es una introducción de lo que podría pasar mañana. Mañana marcho para Dublín, con dos primos, mi hermana, mi cuñado y la hermana de mi cuñado, así que os deseo lo mejor para esta semana. No creo que os eche de menos, vuestras almas se vendrán conmigo y la mía se quedará con vosotros (¡tenéis que compartirla!)
Hasta la próxima semana, abrazos para todos.
"¡Din don din! Pasajeros con el vuelo 3891 destino Dublín, pueden empezar a embarcar por la puerta 13"
Es nuestro vuelo. Damos por finalizada nuestra partida de cartas. Las guardamos junto al bolsillo de nuestro entusiasmo, cogemos las maletas y nos dirigimos al pasillo que nos conducirá al avión. Mi prima ha sido más rápida (o yo más considerado) y se ha sentado junto a la ventanilla.
El motor ruge y yo le digo a mi corazón que ya falta poco para llegar, así que, aunque todavía impaciente, se tranquiliza. El motor se enciende (esta vez sí es el del avión). Nos elevamos mientras no paro de pensar que algún día me lanzaré en paracaídas. Mis ganas de llegar me están esperando ya en Irlanda. ¡Ya voy, ya voy!, les digo.
Esto es una introducción de lo que podría pasar mañana. Mañana marcho para Dublín, con dos primos, mi hermana, mi cuñado y la hermana de mi cuñado, así que os deseo lo mejor para esta semana. No creo que os eche de menos, vuestras almas se vendrán conmigo y la mía se quedará con vosotros (¡tenéis que compartirla!)
Hasta la próxima semana, abrazos para todos.
domingo, 26 de noviembre de 2006
A medio camino
Tenía tan mala memoria que se olvidó de que tenía mala memoria y se acordó de todo (Ramón Gómez de la Serna)
Hay momentos puntuales en los que creo que estoy escaso de fósforo. Esta tarde, he superado la barrera de la paciencia y he llegado a agobiarme debido a los insignificantes (pero muchos seguidos) hechos que os voy a relatar, pero como estoy escribiendo de madrugada, seré breve con el estilo narrativo.
Cojo el paraguas STOP Cojo las llaves de casa STOP Me pongo el polar que empieza a hacer frío STOP A medio camino de mi destino, me doy cuenta de que me he dejado el móvil en casa, y lo necesito porque me tienen que localizar varias personas STOP Regreso a casa STOP Cojo el móvil STOP A medio camino de mi destino, me vuelvo a dar cuenta de que no llevo conmigo dos cintas de casette necesarias que tenía que entregar esta tarde STOP Me vuelvo para mi casa murmurando "¿por qué? ¿por qué? ¿por qué?..." STOP Cojo una de las cintas STOP Cojo la segunda cinta y observo que tiene la cinta doblada STOP Tierra trágame porque es muy importante la cinta STOP Me convierto en McGuiver y trato de revivir a la cinta STOP El boca a boca no ha funcionado STOP Tendré que quitar el doblez con la mano y con mucho cuidado STOP Al final parece que todo ha ido bien STOP Bajo a la calle de nuevo, llevando la cinta con una mano, mientras voy pasando manualmente la cinta de una ruedecilla a la otra para ver si tiene más dobleces STOP A medio camino (¿qué tendrá esa parte del recorrido? ¿las neuronas del recuerdo que no tengo en mi cabeza?) resulta que me doy cuenta de que olvidé mi paraguas en casa (tuve que arreglar la cinta y para ello, el paraguas estorbaba un poco) y oigo reír a las nubes que están sobre mi cabeza STOP Esta vez no me vuelvo, mojarme ya me dará igual STOP He llegado 20 minutos tarde STOP Al final, mis niñas de Juvecentro me han alegrado el día STOP El teatro me ha desembotado la cabeza STOP Me he tomado dos donuts STOP Cirano ha inspirado a mis labios STOP Y mi cuñado y yo nos hemos ido a dar un paseo con las motos STOP Creo que al final el día ha sido magnífico STOP
Hay momentos puntuales en los que creo que estoy escaso de fósforo. Esta tarde, he superado la barrera de la paciencia y he llegado a agobiarme debido a los insignificantes (pero muchos seguidos) hechos que os voy a relatar, pero como estoy escribiendo de madrugada, seré breve con el estilo narrativo.
Cojo el paraguas STOP Cojo las llaves de casa STOP Me pongo el polar que empieza a hacer frío STOP A medio camino de mi destino, me doy cuenta de que me he dejado el móvil en casa, y lo necesito porque me tienen que localizar varias personas STOP Regreso a casa STOP Cojo el móvil STOP A medio camino de mi destino, me vuelvo a dar cuenta de que no llevo conmigo dos cintas de casette necesarias que tenía que entregar esta tarde STOP Me vuelvo para mi casa murmurando "¿por qué? ¿por qué? ¿por qué?..." STOP Cojo una de las cintas STOP Cojo la segunda cinta y observo que tiene la cinta doblada STOP Tierra trágame porque es muy importante la cinta STOP Me convierto en McGuiver y trato de revivir a la cinta STOP El boca a boca no ha funcionado STOP Tendré que quitar el doblez con la mano y con mucho cuidado STOP Al final parece que todo ha ido bien STOP Bajo a la calle de nuevo, llevando la cinta con una mano, mientras voy pasando manualmente la cinta de una ruedecilla a la otra para ver si tiene más dobleces STOP A medio camino (¿qué tendrá esa parte del recorrido? ¿las neuronas del recuerdo que no tengo en mi cabeza?) resulta que me doy cuenta de que olvidé mi paraguas en casa (tuve que arreglar la cinta y para ello, el paraguas estorbaba un poco) y oigo reír a las nubes que están sobre mi cabeza STOP Esta vez no me vuelvo, mojarme ya me dará igual STOP He llegado 20 minutos tarde STOP Al final, mis niñas de Juvecentro me han alegrado el día STOP El teatro me ha desembotado la cabeza STOP Me he tomado dos donuts STOP Cirano ha inspirado a mis labios STOP Y mi cuñado y yo nos hemos ido a dar un paseo con las motos STOP Creo que al final el día ha sido magnífico STOP
miércoles, 22 de noviembre de 2006
Otra mano
¬
Tiemblan inviernos en mi mano yerta,
y en la tuya, cerrada, no consigo
ni acción de amante ni calor de amigo;
y así busco otra cálida y abierta.
Mujer desconocida, si a tu puerta
golpean los nudillos de un mendigo,
¿le dejarás entrar, dándole abrigo?;
¿le extenderás tu mano, aunque inexperta?
Mis alforjas al hombro están vacías
de haberlo dado todo. ¿Me darías
de tu pan y tu vino junto al fuego?
Serás un intervalo en mi camino,
o tal vez mi objetivo, mi destino,
al que tras tanto deambular hoy llego.
"Otra mano". de Francisco Álvarez Hidalgo
Tiemblan inviernos en mi mano yerta,
y en la tuya, cerrada, no consigo
ni acción de amante ni calor de amigo;
y así busco otra cálida y abierta.
Mujer desconocida, si a tu puerta
golpean los nudillos de un mendigo,
¿le dejarás entrar, dándole abrigo?;
¿le extenderás tu mano, aunque inexperta?
Mis alforjas al hombro están vacías
de haberlo dado todo. ¿Me darías
de tu pan y tu vino junto al fuego?
Serás un intervalo en mi camino,
o tal vez mi objetivo, mi destino,
al que tras tanto deambular hoy llego.
"Otra mano". de Francisco Álvarez Hidalgo
lunes, 20 de noviembre de 2006
En un suspiro
Una película de éxito es aquella que consigue llevar a cabo una idea original (Woody Allen)
Caminando por la calle, a la hora del cierre de comercios, paso por una tienda de electrodomésticos cuya reja metálica estaba descendiendo. En esto que mi mente empieza a elucubrar diversas películas tales como Indiana Jones, donde el personaje, justo antes de que se cerrara una compuerta, lograba pasar por debajo, pero volvía a sacar el brazo para coger el sombrero que se le había caído.
En el momento en que la verja estaba bajando, me veía rodar sobre mí mismo soltando el paraguas, logrando pasar en el último instante, y como no, habiendo cogido mi paraguas junto al último grito del espectador, que serían los que trabajaban en esa tienda.
Tuve tantas ganas de hacer eso..., pero la alerta roja de mi consciencia se disparó y sobornaron a mis piernas para seguir caminando, mientras yo veía como la verja llegaba al final de su recorrido. De verdad, me entraron tantas ganas de pasar por debajo, in extremis..., pero eso se quedó en un suspiro.
Caminando por la calle, a la hora del cierre de comercios, paso por una tienda de electrodomésticos cuya reja metálica estaba descendiendo. En esto que mi mente empieza a elucubrar diversas películas tales como Indiana Jones, donde el personaje, justo antes de que se cerrara una compuerta, lograba pasar por debajo, pero volvía a sacar el brazo para coger el sombrero que se le había caído.
En el momento en que la verja estaba bajando, me veía rodar sobre mí mismo soltando el paraguas, logrando pasar en el último instante, y como no, habiendo cogido mi paraguas junto al último grito del espectador, que serían los que trabajaban en esa tienda.
Tuve tantas ganas de hacer eso..., pero la alerta roja de mi consciencia se disparó y sobornaron a mis piernas para seguir caminando, mientras yo veía como la verja llegaba al final de su recorrido. De verdad, me entraron tantas ganas de pasar por debajo, in extremis..., pero eso se quedó en un suspiro.
viernes, 17 de noviembre de 2006
Los tres cerditos
¬
Los cochinitos ya están en la cama,
muchos besitos les dio su mamá.
Y calentitos todos en pijama,
dentro de un rato todos soñarán.
Uno soñaba que era un rey
y que al momento pedía un pastel,
su gran ministro le hizo traer
quientos pasteles sólo para él.
Los cochinitos ya están en la cama,
muchos besitos les dio su mamá.
Y calentitos todos en pijama,
dentro de un rato todos soñarán.
Otro soñaba que en el mar,
en una lancha se iba a remar,
mas de repente, al embarcar,
se cayó de la cama y se puso a llorar.
Los cochinitos ya están en la cama,
muchos besitos les dio su mamá.
Y calentitos todos en pijama,
dentro de un rato todos soñarán.
El más pequeño de los tres,
un cochinito lindo y cortés,
ese soñaba con trabajar
para ayudar a su pobre mamá.
Y así soñando sin despertar,
los cochinitos pueden jugar.
Ronca que ronca y vuelve a roncar,
al país de los sueños se van a pasear.
Los cochinitos ya están en la cama,
muchos besitos les dio su mamá.
Y calentitos todos en pijama,
dentro de un rato todos soñarán.
"Los cochinitos", de Rosa León
Le Dedico Esta Canción A Mi Mamita, Porque De Pequeño (Y No Tan Pequeño) Me La Cantaba Mientras, Con Mucho Cariño, Me Rascaba La Espalda. Los Tres Cerditos, Mi Cuento Preferido. Podría Decir, Y Me Quedo Corto, Que Mi Mami Es Como El Cerdito Más Pequeño, Siempre Sacrificándose Por Su Familia. Mis Palabras De Agradecimiento, Ya Sabes Que Son Insuficientes Por Todo Lo Que Has Hecho, Haces Y Harás Por Mí. ¡Ah!, Esta Noche Llegaré Tarde A Casa, Ja, Ja, Ja. Te Quiero Con Locura (Cuando Estoy Cuerdo También)
Los cochinitos ya están en la cama,
muchos besitos les dio su mamá.
Y calentitos todos en pijama,
dentro de un rato todos soñarán.
Uno soñaba que era un rey
y que al momento pedía un pastel,
su gran ministro le hizo traer
quientos pasteles sólo para él.
Los cochinitos ya están en la cama,
muchos besitos les dio su mamá.
Y calentitos todos en pijama,
dentro de un rato todos soñarán.
Otro soñaba que en el mar,
en una lancha se iba a remar,
mas de repente, al embarcar,
se cayó de la cama y se puso a llorar.
Los cochinitos ya están en la cama,
muchos besitos les dio su mamá.
Y calentitos todos en pijama,
dentro de un rato todos soñarán.
El más pequeño de los tres,
un cochinito lindo y cortés,
ese soñaba con trabajar
para ayudar a su pobre mamá.
Y así soñando sin despertar,
los cochinitos pueden jugar.
Ronca que ronca y vuelve a roncar,
al país de los sueños se van a pasear.
Los cochinitos ya están en la cama,
muchos besitos les dio su mamá.
Y calentitos todos en pijama,
dentro de un rato todos soñarán.
"Los cochinitos", de Rosa León
Le Dedico Esta Canción A Mi Mamita, Porque De Pequeño (Y No Tan Pequeño) Me La Cantaba Mientras, Con Mucho Cariño, Me Rascaba La Espalda. Los Tres Cerditos, Mi Cuento Preferido. Podría Decir, Y Me Quedo Corto, Que Mi Mami Es Como El Cerdito Más Pequeño, Siempre Sacrificándose Por Su Familia. Mis Palabras De Agradecimiento, Ya Sabes Que Son Insuficientes Por Todo Lo Que Has Hecho, Haces Y Harás Por Mí. ¡Ah!, Esta Noche Llegaré Tarde A Casa, Ja, Ja, Ja. Te Quiero Con Locura (Cuando Estoy Cuerdo También)
jueves, 16 de noviembre de 2006
Cruce
Lo peor que puede hacerse es cruzar el precipicio en dos saltos (David Lloyd George)
De él, conocía parte de su vida. Era un tipo alegre, sin complejos, con un modesto trabajo en un kiosko de prensa, aunque él siempre decía que su trabajo consistía en culturizar e informar a la gente sobre lo que nos rodea. Nunca llamaba a las cosas por su nombre. Su perro, era su pequeña joya; cuando iba a la panadería, decía que iba a viajar al paraíso de los sentidos, e incluso, cuando tenía que ir al baño, su frase era "algunos de mis fluídos van a emigrar".
De ella, no se sabía más que una sola cosa: todos los días, a la misma hora, pasaba por una pequeña calle ascendente, en la que no había más que una peluquería y un pequeño jardín.
Él, como tantas otras veces, se dirigía a su kiosko por el mismo camino de siempre (en vez de camino, él decía que todas las mañanas hacía una marcha por una "senda laboral"), y como de costumbre, pasaba por una pequeña calle descendente llamada (por él) la calle "mágica", porque a la vuelta del trabajo se encontraba la inclinación al revés, y en donde sólo existía una peluquería ("podadora humana") y un jardín chiquitito, el cual, en los días más calurosos, era regado por el chico con una pistola de agua mientras no paraba de andar.
Ella, como no, a esa hora exacta, subía la calle, como siempre...
Para él, no fue como siempre. En esta ocasión, por primera vez, le pareció conocida una cara, la de ella. ¿La habría visto en algún otro lugar?
Para ella, es posible que fuera un día más, es algo que nadie sabe.
Día tras día, él volvía a cruzarse con ella, en la misma "gran" calle, junto al mismo "gran parque".
Día tras día, ella volvía a cruzarse con él, en la misma pequeña calle, junto al mismo pequeño jardín.
Por primera vez en su vida, él empezó a llamar a las cosas por su nombre, amor..., era amor.
Por primera vez en su vida, ella iba, a no se sabe dónde, y lo hacía feliz.
"Cruce", de Acus.
De él, conocía parte de su vida. Era un tipo alegre, sin complejos, con un modesto trabajo en un kiosko de prensa, aunque él siempre decía que su trabajo consistía en culturizar e informar a la gente sobre lo que nos rodea. Nunca llamaba a las cosas por su nombre. Su perro, era su pequeña joya; cuando iba a la panadería, decía que iba a viajar al paraíso de los sentidos, e incluso, cuando tenía que ir al baño, su frase era "algunos de mis fluídos van a emigrar".
De ella, no se sabía más que una sola cosa: todos los días, a la misma hora, pasaba por una pequeña calle ascendente, en la que no había más que una peluquería y un pequeño jardín.
Él, como tantas otras veces, se dirigía a su kiosko por el mismo camino de siempre (en vez de camino, él decía que todas las mañanas hacía una marcha por una "senda laboral"), y como de costumbre, pasaba por una pequeña calle descendente llamada (por él) la calle "mágica", porque a la vuelta del trabajo se encontraba la inclinación al revés, y en donde sólo existía una peluquería ("podadora humana") y un jardín chiquitito, el cual, en los días más calurosos, era regado por el chico con una pistola de agua mientras no paraba de andar.
Ella, como no, a esa hora exacta, subía la calle, como siempre...
Para él, no fue como siempre. En esta ocasión, por primera vez, le pareció conocida una cara, la de ella. ¿La habría visto en algún otro lugar?
Para ella, es posible que fuera un día más, es algo que nadie sabe.
Día tras día, él volvía a cruzarse con ella, en la misma "gran" calle, junto al mismo "gran parque".
Día tras día, ella volvía a cruzarse con él, en la misma pequeña calle, junto al mismo pequeño jardín.
Por primera vez en su vida, él empezó a llamar a las cosas por su nombre, amor..., era amor.
Por primera vez en su vida, ella iba, a no se sabe dónde, y lo hacía feliz.
"Cruce", de Acus.
martes, 14 de noviembre de 2006
El reflejo de la envidia
El arte es el reflejo del mundo. Si el mundo es horrible, el reflejo también lo es (Paul Verhoeven)
Sus miradas se cruzaron por el rabillo del ojo, el suficiente tiempo para reaccionar ante ese estímulo y poder detenerse. Lentamente, desconcertados, volvieron la cabeza al mismo tiempo y se miraron el uno al otro. El desprecio se palpaba en el aire.
Uno, sentía envidia del otro porque le veía lleno de vida, con un color de piel tan saludable, una imagen tan vital, porque siempre sería consciente de sí mismo, y no se dejaba manejar como si fuera una marioneta...
El otro, sentía envidia del primero, porque gozaba de una vida ajena al sufrimiento, en muchas ocasiones sabía desconectar del mundo, nunca te echaría las culpas, era un acompañante fiel e incapaz de dañar a alguien...
Dándose cuenta de que mantenían la mirada fijamente sobre el otro, giraron rápidamente la cabeza, al mismo tiempo, con una exactitud infinitesimal.
El hombre que se había visto reflejado en el escaparate, siguió vacilante y cabizbajo su camino.
"El reflejo de la envidia", de Acus.
Sus miradas se cruzaron por el rabillo del ojo, el suficiente tiempo para reaccionar ante ese estímulo y poder detenerse. Lentamente, desconcertados, volvieron la cabeza al mismo tiempo y se miraron el uno al otro. El desprecio se palpaba en el aire.
Uno, sentía envidia del otro porque le veía lleno de vida, con un color de piel tan saludable, una imagen tan vital, porque siempre sería consciente de sí mismo, y no se dejaba manejar como si fuera una marioneta...
El otro, sentía envidia del primero, porque gozaba de una vida ajena al sufrimiento, en muchas ocasiones sabía desconectar del mundo, nunca te echaría las culpas, era un acompañante fiel e incapaz de dañar a alguien...
Dándose cuenta de que mantenían la mirada fijamente sobre el otro, giraron rápidamente la cabeza, al mismo tiempo, con una exactitud infinitesimal.
El hombre que se había visto reflejado en el escaparate, siguió vacilante y cabizbajo su camino.
"El reflejo de la envidia", de Acus.
lunes, 13 de noviembre de 2006
No veo nada
Los perezosos siempre hablan de lo que piensan hacer, de lo que harán; los que de veras hacen algo no tienen tiempo de hablar ni de lo que hacen (Johann Wolfgang Goethe)
No veo nada. No puedo abrir los ojos. El tiempo y el espacio siguen durmiendo encima de mí y no puedo levantarme. Tampoco me apetece despertarles de sus respectivas dimensiones. Oigo un zumbido que me atormenta y cada vez retumba con mayor fuerza. En menuda paradoja estoy metido: si apago el despertador para poder seguir durmiendo, me habré despejado lo suficiente para levantarme este lunes y seguir con mis quehaceres, y no puedo continuar mi plácido sueño si el despertador martillea mis tímpanos. Ambas acciones me llevan a un fin común, es lunes, he de levantarme para ir a trabajar y sonreír por el camino, ya que cada segundo que pasa, es un segundo menos para que llegue de nuevo el fin de semana, aunque..., ¿acaso entre semana no pasan cosas divertidas? Voy a buscar esas cosas, aunque preferiría que me encuentren a mí, que es más cómodo.
Algo ha detenido en seco mi trayectoria..., normal..., aun no había abierto los ojos...
No veo nada. No puedo abrir los ojos. El tiempo y el espacio siguen durmiendo encima de mí y no puedo levantarme. Tampoco me apetece despertarles de sus respectivas dimensiones. Oigo un zumbido que me atormenta y cada vez retumba con mayor fuerza. En menuda paradoja estoy metido: si apago el despertador para poder seguir durmiendo, me habré despejado lo suficiente para levantarme este lunes y seguir con mis quehaceres, y no puedo continuar mi plácido sueño si el despertador martillea mis tímpanos. Ambas acciones me llevan a un fin común, es lunes, he de levantarme para ir a trabajar y sonreír por el camino, ya que cada segundo que pasa, es un segundo menos para que llegue de nuevo el fin de semana, aunque..., ¿acaso entre semana no pasan cosas divertidas? Voy a buscar esas cosas, aunque preferiría que me encuentren a mí, que es más cómodo.
Algo ha detenido en seco mi trayectoria..., normal..., aun no había abierto los ojos...
jueves, 9 de noviembre de 2006
El joven de la maleta azul
Un viaje de mil millas comienza con el primer paso (Lao-Tsé)
Cuando subió al tren, recorrió parte del pasillo, para sentarse en el lugar donde su mirada ya descansaba desde que entró. Delante de él, una niña de unos 4 años. Al lado de la niña, pudo distinguir a una chica joven, su hermana debería haber sido, pero la llamada de atención de la niña, usando la palabra "mamá" dirigida a su acompañante, le sacó de dudas, para sumergirle de nuevo en ellas.
¿Qué edad podría tener aquella muchacha? Aún no habría acabado la universidad, y teniendo en cuenta que la niña tendría 4 años...
El chico había tenido un mal día, y además, había estado a punto de salirse de la carretera. Su corazón aun le bombeaba del susto. Mientras recordaba la valla doblada, y la rueda delantera a escasos 2 centímetros del precipicio, un nuevo golpe le devolvió a la realidad: a la niña se le había caído un llavero que tenía forma de labios. Él se agachó, cogió el llavero y se lo entregó a la pequeña.
"Dale las gracias, hija" - le dijo cariñosamente la madre.
"¿Quieres darle un besito?" - preguntó la niña al chico, mientras señalaba su llavero.
" Mejor que me lo dé el llavero a mí" - contestó mientras ponía le ofrecía su mejilla.
Y en un segundo sucedió que la niña acercó el "llavero-labios" a la cara del chico, en ese mismo segundo, la madre miraba al chico con una sonrisa quizá llena de ternura, quizá llena de nostalgia, en ese mismo segundo, el chico posó su mirada en la madre y creyó conocerla de toda la vida.
El joven, siguió jugando con la niña. Alguien que hubiera visto esa escena, y que no los conociese, hubiera asegurado por lo más sagrado, que se trataba de un padre jugando con su hija. De vez en cuando, las miradas de los dos jóvenes se cruzaban tan rápidamente como se descruzaban, y no por ello eran miradas mudas.
El tren paró, el juego con la niña paró, el juego de miradas paró...
Cogió su maleta azul y antes de salir giró la cabeza para decir adiós. La niña estaba agitando su mano, mientras con la otra, le lanzó su llavero. La joven madre tenía los ojos encharcados, pero de gratitud. El corazón del joven estaba bombeando sin cesar, pero esta vez, no del susto del accidente.
El tren se marchó, y nadie de los que había en ese andén, vió bajar a un chico joven con una maleta azul.
"El joven de la maleta azul", de Acus.
Cuando subió al tren, recorrió parte del pasillo, para sentarse en el lugar donde su mirada ya descansaba desde que entró. Delante de él, una niña de unos 4 años. Al lado de la niña, pudo distinguir a una chica joven, su hermana debería haber sido, pero la llamada de atención de la niña, usando la palabra "mamá" dirigida a su acompañante, le sacó de dudas, para sumergirle de nuevo en ellas.
¿Qué edad podría tener aquella muchacha? Aún no habría acabado la universidad, y teniendo en cuenta que la niña tendría 4 años...
El chico había tenido un mal día, y además, había estado a punto de salirse de la carretera. Su corazón aun le bombeaba del susto. Mientras recordaba la valla doblada, y la rueda delantera a escasos 2 centímetros del precipicio, un nuevo golpe le devolvió a la realidad: a la niña se le había caído un llavero que tenía forma de labios. Él se agachó, cogió el llavero y se lo entregó a la pequeña.
"Dale las gracias, hija" - le dijo cariñosamente la madre.
"¿Quieres darle un besito?" - preguntó la niña al chico, mientras señalaba su llavero.
" Mejor que me lo dé el llavero a mí" - contestó mientras ponía le ofrecía su mejilla.
Y en un segundo sucedió que la niña acercó el "llavero-labios" a la cara del chico, en ese mismo segundo, la madre miraba al chico con una sonrisa quizá llena de ternura, quizá llena de nostalgia, en ese mismo segundo, el chico posó su mirada en la madre y creyó conocerla de toda la vida.
El joven, siguió jugando con la niña. Alguien que hubiera visto esa escena, y que no los conociese, hubiera asegurado por lo más sagrado, que se trataba de un padre jugando con su hija. De vez en cuando, las miradas de los dos jóvenes se cruzaban tan rápidamente como se descruzaban, y no por ello eran miradas mudas.
El tren paró, el juego con la niña paró, el juego de miradas paró...
Cogió su maleta azul y antes de salir giró la cabeza para decir adiós. La niña estaba agitando su mano, mientras con la otra, le lanzó su llavero. La joven madre tenía los ojos encharcados, pero de gratitud. El corazón del joven estaba bombeando sin cesar, pero esta vez, no del susto del accidente.
El tren se marchó, y nadie de los que había en ese andén, vió bajar a un chico joven con una maleta azul.
"El joven de la maleta azul", de Acus.
martes, 7 de noviembre de 2006
Me atacó
Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto (Confucio)
Sin avisar, sin darme tiempo a preparar la defensa, me atacó. Quizás porque no me esperaba su reacción, o bien porque mis reflejos estaban charlando apasionadamente sobre lo que le dijo el señor Glóbulo Rojo a lady Plaqueta en la fiesta del Páncreas, el caso es que impactó en mí. Por suerte, calculó mal la distancia...
Le pudo el rencor. Seguía sin perdonarme, tras muchos años de esfuerzo por su parte. Al final, estalló y fue a por mí sin remordimientos. Intentó dificultar la entrada de aire por mis vías respiratorias, y me dañó la garganta.
Esta mañana decidí jugar mis cartas, y he tenido que asustarle un poco. Me tomé un vaso de leche caliente con miel, a ver si ese virus aprende que conmigo no va a poder. Por su parte, él me congestiona la nariz, y me irrita la garganta, pero yo estoy bebiendo agua sin parar para evitar en lo posible la aparición de la fiebre, y me abrigo bien, sobre todo el cuello, para que se ase de calor ese incómodo virus que intenta conquistarme.
Sin avisar, sin darme tiempo a preparar la defensa, me atacó. Quizás porque no me esperaba su reacción, o bien porque mis reflejos estaban charlando apasionadamente sobre lo que le dijo el señor Glóbulo Rojo a lady Plaqueta en la fiesta del Páncreas, el caso es que impactó en mí. Por suerte, calculó mal la distancia...
Le pudo el rencor. Seguía sin perdonarme, tras muchos años de esfuerzo por su parte. Al final, estalló y fue a por mí sin remordimientos. Intentó dificultar la entrada de aire por mis vías respiratorias, y me dañó la garganta.
Esta mañana decidí jugar mis cartas, y he tenido que asustarle un poco. Me tomé un vaso de leche caliente con miel, a ver si ese virus aprende que conmigo no va a poder. Por su parte, él me congestiona la nariz, y me irrita la garganta, pero yo estoy bebiendo agua sin parar para evitar en lo posible la aparición de la fiebre, y me abrigo bien, sobre todo el cuello, para que se ase de calor ese incómodo virus que intenta conquistarme.
lunes, 6 de noviembre de 2006
Me equivocaría otra vez
¬
Se torció el camino, tú ya sabes que no puedo volver,
son cosas del destino, siempre me quiere morder.
El horizonte se confunde con un negro telón
y puede ser..., como decir que se acabó la función.
Ha sido divertido, me equivocaría otra vez,
quisiera haber querido lo que no he sabido querer.
¿Quieres bailar conmigo? Puede que te pise los pies.
Soñaré sólo porque me he "quedao" dormido,
no voy a despertarme porque salga el sol,
ya sé llorar una vez por cada vez que río,
no sé restar..., no sé restar tu mitad a mi corazón.
Puede ser que la respuesta sea no preguntarse por qué
perderse por los bares donde se bebe sin sed.
Virgen de la locura, nunca mas te voy a rezar
que me he "enterao" de los pecados que me quieres quitar.
Será más divertido cuando no me toque perder,
sigo apostando al cinco y cada dos por tres, sale seis.
Yo bailaría contigo, pero es que estoy sordo de un pie.
Soñaré sólo porque me he "quedao" dormido,
no voy a despertarme porque salga el sol,
ya sé llorar una vez por cada vez que río,
no sé restar..., no sé restar tu mitad a mi corazón.
"Me equivocaría otra vez", de Fito & Fitipaldis
Se torció el camino, tú ya sabes que no puedo volver,
son cosas del destino, siempre me quiere morder.
El horizonte se confunde con un negro telón
y puede ser..., como decir que se acabó la función.
Ha sido divertido, me equivocaría otra vez,
quisiera haber querido lo que no he sabido querer.
¿Quieres bailar conmigo? Puede que te pise los pies.
Soñaré sólo porque me he "quedao" dormido,
no voy a despertarme porque salga el sol,
ya sé llorar una vez por cada vez que río,
no sé restar..., no sé restar tu mitad a mi corazón.
Puede ser que la respuesta sea no preguntarse por qué
perderse por los bares donde se bebe sin sed.
Virgen de la locura, nunca mas te voy a rezar
que me he "enterao" de los pecados que me quieres quitar.
Será más divertido cuando no me toque perder,
sigo apostando al cinco y cada dos por tres, sale seis.
Yo bailaría contigo, pero es que estoy sordo de un pie.
Soñaré sólo porque me he "quedao" dormido,
no voy a despertarme porque salga el sol,
ya sé llorar una vez por cada vez que río,
no sé restar..., no sé restar tu mitad a mi corazón.
"Me equivocaría otra vez", de Fito & Fitipaldis
jueves, 2 de noviembre de 2006
Corta el césped
¬
Un hombre le ofreció a su hija de doce años una propina si cortaba el césped del jardín. La muchacha puso manos a la obra con todo entusiasmo, y al anochecer había quedado perfectamente cortado todo el césped..., a excepción de una de las esquinas del mismo.
Cuando el padre le dijo que no podía darle la propina convenida, porque no había cortado todo el césped, ella le replicó que no le importaba, pero que no cortaría aquel trozo de césped.
Intrigado por conocer el motivo, el padre se acercó a examinar el lugar en cuestión y vio que, justamente en el centro de la zona que había quedado sin cortar, había un enorme sapo. La muchacha había sentido demasiada compasión como para atropellarlo con el cortacésped.
"Donde hay amor, hay desorden. El orden perfecto haría del mundo un cementerio"
"La oración de la rana", de Anthony de Mello
Le Dedico Este Cuento A "The Froggy", Mi Madrina De Blog; Si No Es Por Ella, Nunca Hubiera Creado Uno. Fue Mi Guía, Mi Inspiración, Mi Libro De Instrucciones Para Modificar Elementos De Mi Blog, Pero Sobre Todo, Es Mi Amiga.
Un hombre le ofreció a su hija de doce años una propina si cortaba el césped del jardín. La muchacha puso manos a la obra con todo entusiasmo, y al anochecer había quedado perfectamente cortado todo el césped..., a excepción de una de las esquinas del mismo.
Cuando el padre le dijo que no podía darle la propina convenida, porque no había cortado todo el césped, ella le replicó que no le importaba, pero que no cortaría aquel trozo de césped.
Intrigado por conocer el motivo, el padre se acercó a examinar el lugar en cuestión y vio que, justamente en el centro de la zona que había quedado sin cortar, había un enorme sapo. La muchacha había sentido demasiada compasión como para atropellarlo con el cortacésped.
"Donde hay amor, hay desorden. El orden perfecto haría del mundo un cementerio"
"La oración de la rana", de Anthony de Mello
Le Dedico Este Cuento A "The Froggy", Mi Madrina De Blog; Si No Es Por Ella, Nunca Hubiera Creado Uno. Fue Mi Guía, Mi Inspiración, Mi Libro De Instrucciones Para Modificar Elementos De Mi Blog, Pero Sobre Todo, Es Mi Amiga.
martes, 31 de octubre de 2006
Sonrisa
Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada (William Shakespeare)
A medida que el tren va disminuyendo su velocidad, me voy aproximando a él sin levantar la mirada del libro. El tren se detiene a la par que mi lectura. Levanto los ojos hacia el cristal de las puertas que están a punto de abrirse y la veo. No la conozco de nada, ni ella a mí. Nos estamos mirando. Se abren las puertas y me hago a un lado. No hemos dejado de mirarnos. Me sonríe, sale y me sonríe aún más. Me contagia la calidez de su sonrisa y se la devuelvo. Despacio, inicio la despedida adentrándome en el vagón. Las puertas se cierran, y con ellas, mi sueño.
A medida que el tren va disminuyendo su velocidad, me voy aproximando a él sin levantar la mirada del libro. El tren se detiene a la par que mi lectura. Levanto los ojos hacia el cristal de las puertas que están a punto de abrirse y la veo. No la conozco de nada, ni ella a mí. Nos estamos mirando. Se abren las puertas y me hago a un lado. No hemos dejado de mirarnos. Me sonríe, sale y me sonríe aún más. Me contagia la calidez de su sonrisa y se la devuelvo. Despacio, inicio la despedida adentrándome en el vagón. Las puertas se cierran, y con ellas, mi sueño.
domingo, 29 de octubre de 2006
Una hora más
Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día (Richard Whately)
Hace cinco minutos, el reloj marcaba las 02:55 horas. Ahora son las 02:00 horas. Normal, hoy nos toca dormir una hora más, aunque muchos no la vamos a aprovechar...
En fin, que quería avisaros, simplemente para que no lo olvidárais por si mañana tenéis que ir a algún sitio y no podéis llegar tarde. ¡Saludos medio adormilados!
Hace cinco minutos, el reloj marcaba las 02:55 horas. Ahora son las 02:00 horas. Normal, hoy nos toca dormir una hora más, aunque muchos no la vamos a aprovechar...
En fin, que quería avisaros, simplemente para que no lo olvidárais por si mañana tenéis que ir a algún sitio y no podéis llegar tarde. ¡Saludos medio adormilados!
miércoles, 25 de octubre de 2006
"Destruyan esa maldita máquina"
El auténtico problema no es si las máquinas piensan, sino si lo hacen los hombres (Frederic Burrhus Skinner)
Logré inventar una máquina del tiempo. Quise retroceder media hora. No funcionó. Salí a pasear.
Desperté de mi siesta. Nervioso, me dirigí al ático. Probé la máquina por primera vez. No funcionó. Salí a pasear.
Al despertar de mi siesta, subí nerviosos al ático. Decidí estrenar la máquina. No funcionó. Salí a pasear.
…
Antes de volverme loco, pude escribir “destruyan esa maldita máquina”.
"Destruyan esa maldita máquina", de Acus.
Logré inventar una máquina del tiempo. Quise retroceder media hora. No funcionó. Salí a pasear.
Desperté de mi siesta. Nervioso, me dirigí al ático. Probé la máquina por primera vez. No funcionó. Salí a pasear.
Al despertar de mi siesta, subí nerviosos al ático. Decidí estrenar la máquina. No funcionó. Salí a pasear.
…
Antes de volverme loco, pude escribir “destruyan esa maldita máquina”.
"Destruyan esa maldita máquina", de Acus.
martes, 24 de octubre de 2006
Calabazas
¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie? (Pablo Neruda)
21:45 horas: Salí de la academia de inglés, pero aún no había llegado. Hacía fresquillo. Miré por el lugar por el que iba a venir, pero ni rastro de que fuera a llegar en unos minutos.
21:46 horas: Saqué el libro que me estaba leyendo "La espada de Joram II", para matar el tiempo.
21:55 horas: El tiempo me estaba matando a mí. Las manos empezaban a gemir de frío, pero me hice el duro con ellas, y las ignoré. Incluso las forcé para que fueran pasando las páginas del libro.
22:03 horas: Entiendo que hay que ser paciente en la vida, entiendo que un retraso lo puede tener todo el mundo, pero me empecé a impacientar. Sinceramente, tenía ganas de llegar a casa.
22:10 horas: Leer, lo que se dice leer, como que no. Yo estaba más pendiente de observar el final de la calle para ver si venía, que concentrado en leer el libro.
22:12 horas: Empecé a pensar que no iba a venir, dudaba de si irme o quedarme. ¿Me habrá dado calabazas?
22:14 horas: ¡Se va a enterar cuando venga! ¿Y si le ha pasado algo? Y mi móvil sin batería... ¡Bah! Seguro que se ha quedado charlando con algún "compañero"...
22:17 horas: ¡Ya era hora! Desde lejos, veo como sube la calle muy lentamente. Cuando llega a mi altura, se para bruscamente, abre las puertas, y por fin el autobús me engulle con su cálida garganta.
21:45 horas: Salí de la academia de inglés, pero aún no había llegado. Hacía fresquillo. Miré por el lugar por el que iba a venir, pero ni rastro de que fuera a llegar en unos minutos.
21:46 horas: Saqué el libro que me estaba leyendo "La espada de Joram II", para matar el tiempo.
21:55 horas: El tiempo me estaba matando a mí. Las manos empezaban a gemir de frío, pero me hice el duro con ellas, y las ignoré. Incluso las forcé para que fueran pasando las páginas del libro.
22:03 horas: Entiendo que hay que ser paciente en la vida, entiendo que un retraso lo puede tener todo el mundo, pero me empecé a impacientar. Sinceramente, tenía ganas de llegar a casa.
22:10 horas: Leer, lo que se dice leer, como que no. Yo estaba más pendiente de observar el final de la calle para ver si venía, que concentrado en leer el libro.
22:12 horas: Empecé a pensar que no iba a venir, dudaba de si irme o quedarme. ¿Me habrá dado calabazas?
22:14 horas: ¡Se va a enterar cuando venga! ¿Y si le ha pasado algo? Y mi móvil sin batería... ¡Bah! Seguro que se ha quedado charlando con algún "compañero"...
22:17 horas: ¡Ya era hora! Desde lejos, veo como sube la calle muy lentamente. Cuando llega a mi altura, se para bruscamente, abre las puertas, y por fin el autobús me engulle con su cálida garganta.
sábado, 21 de octubre de 2006
Dulce soñar
¬
Dulce soñar y dulce congojarme,
cuando estaba soñando que soñaba;
dulce gozar con lo que me engañaba,
si un poco más durara el engañarme.
Dulce no estar en mí, que figurarme
podía cuanto bien yo deseaba;
dulce placer, aunque me importunaba,
que alguna vez llegara a despertarme.
¡Oh sueño, cuánto más leve y sabroso
me fueras, si vinieras tan pesado,
que asentaras en mí con más reposo!
Durmiendo, en fin, fui bienaventurado;
y es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.
"Dulce soñar", de Juan Boscán
Dulce soñar y dulce congojarme,
cuando estaba soñando que soñaba;
dulce gozar con lo que me engañaba,
si un poco más durara el engañarme.
Dulce no estar en mí, que figurarme
podía cuanto bien yo deseaba;
dulce placer, aunque me importunaba,
que alguna vez llegara a despertarme.
¡Oh sueño, cuánto más leve y sabroso
me fueras, si vinieras tan pesado,
que asentaras en mí con más reposo!
Durmiendo, en fin, fui bienaventurado;
y es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.
"Dulce soñar", de Juan Boscán
jueves, 19 de octubre de 2006
Retórica
Hay dos cosas infinitas: El Universo y la estupidez humana (Albert Einstein)
Estando el otro día en los juzgados (no diré que eran los de Fuenlabrada, para que nadie se sienta identificado y/o herido), porque me disponía a solicitar un certificado de nacimiento (es que la gente nace, qué se le va a hacer), sucedió algo totalmente absurdo. Resulta que saqué el ticket para ver mi turno y era el número 13, me encanta ese número...
...y menos mal que me gusta, porque cuando yo estudiaba, mi instituto era el número 13 (por orden de construcción), y mi áula, era el áula número 13. Mi número de lista nunca fue el 13, qué pena. Mi instituto se llamaba Gabriel García Marquez, pero se le identificaba por su número...
...qué libro tan curioso escribió García Marquez, llamado "Crónicas de una muerte anunciada". Fue el primer libro que leí de este señor, y el único, pero me dejó un buen sabor de boca...
...los chicles Orbit son mis preferidos, sobre todo los de eucalipto, menta, clorofila o similar, ya que dejan la boca fresca. Se puede decir que soy un "chico-orbit", porque a veces parece que no estoy en este mundo, sino en otra galaxia, en otras órbitas...
...¡pobre Plutón! ¡Le han desterrado como planeta del sistema solar! Y pobre de aquellos que han nacido bajo el influjo de Plutón, el tarot ya no será lo mismo para ellos...
...cartas astrológicas, lectura de manos, tarot, adivinación del futuro por los posos del café, etc., son meros pasatiempos, donde la fiabilidad escasea, al menos desde mi punto de vista, no sé si habéis experimentado con estas cosillas y ha resultado ser cierto, pero hasta el día de hoy, para mí son divertimentos...
...y qué gracioso y absurdo fue lo que sucedió en los juzgados (no diré que son de Fuenlabrada), el día que fui a recoger un certificado de nacimiento..., ¡esta parte me suena un poco...! Es que era para encauzar lo que empecé a contar. (De hecho, esta introducción ha sido inspirada en un sketch del grupo argentino Les Luthiers; gracias Froggy por culturizarme).
Pues resulta que se van por el número 9. La chica de la ventanilla ve el número, le da al botón para avanzar un número más, ve el número 10 y a la milésima, cambia de nuevo y dice:
- "El onceee"
Veo a dos personas avanzar tranquilamente hacia la ventanilla, y detrás de ellos, un chico que avanza a paso rápido, que adelanta a la pareja y le dice de forma educada a la de la ventanilla:
- "¿Y qué pasa con el diez?"
- "¿De quién era?" - dice la de la ventanilla.
- "Mío" - le responde él. Y entonces se puso a atenderle.
¿Habéis descubierto lo absurdo de la pregunta? "¿De quién era?" A lo mejor la chica había pensado que el que le estaba preguntando por el número 10, era el que tenía el número 49, o quizá era un matemático famoso que no soportaba que la gente contara mal. Ambos pensamientos hubieran sido absurdos. Ante la pregunta del chico, "¿Y qué pasa con el 10?", un ciudadano algo inteligente sabría que esa persona tenía el número 10. Recuerdo que cuando la chica le hizo esa pregunta al chico, si yo hubiera estado en su lugar, me habría quedado absorto por la "gran capacidad de deducción que poseía", me habría quedado mudo, como si de una pregunta retórica se tratara.
Estando el otro día en los juzgados (no diré que eran los de Fuenlabrada, para que nadie se sienta identificado y/o herido), porque me disponía a solicitar un certificado de nacimiento (es que la gente nace, qué se le va a hacer), sucedió algo totalmente absurdo. Resulta que saqué el ticket para ver mi turno y era el número 13, me encanta ese número...
...y menos mal que me gusta, porque cuando yo estudiaba, mi instituto era el número 13 (por orden de construcción), y mi áula, era el áula número 13. Mi número de lista nunca fue el 13, qué pena. Mi instituto se llamaba Gabriel García Marquez, pero se le identificaba por su número...
...qué libro tan curioso escribió García Marquez, llamado "Crónicas de una muerte anunciada". Fue el primer libro que leí de este señor, y el único, pero me dejó un buen sabor de boca...
...los chicles Orbit son mis preferidos, sobre todo los de eucalipto, menta, clorofila o similar, ya que dejan la boca fresca. Se puede decir que soy un "chico-orbit", porque a veces parece que no estoy en este mundo, sino en otra galaxia, en otras órbitas...
...¡pobre Plutón! ¡Le han desterrado como planeta del sistema solar! Y pobre de aquellos que han nacido bajo el influjo de Plutón, el tarot ya no será lo mismo para ellos...
...cartas astrológicas, lectura de manos, tarot, adivinación del futuro por los posos del café, etc., son meros pasatiempos, donde la fiabilidad escasea, al menos desde mi punto de vista, no sé si habéis experimentado con estas cosillas y ha resultado ser cierto, pero hasta el día de hoy, para mí son divertimentos...
...y qué gracioso y absurdo fue lo que sucedió en los juzgados (no diré que son de Fuenlabrada), el día que fui a recoger un certificado de nacimiento..., ¡esta parte me suena un poco...! Es que era para encauzar lo que empecé a contar. (De hecho, esta introducción ha sido inspirada en un sketch del grupo argentino Les Luthiers; gracias Froggy por culturizarme).
Pues resulta que se van por el número 9. La chica de la ventanilla ve el número, le da al botón para avanzar un número más, ve el número 10 y a la milésima, cambia de nuevo y dice:
- "El onceee"
Veo a dos personas avanzar tranquilamente hacia la ventanilla, y detrás de ellos, un chico que avanza a paso rápido, que adelanta a la pareja y le dice de forma educada a la de la ventanilla:
- "¿Y qué pasa con el diez?"
- "¿De quién era?" - dice la de la ventanilla.
- "Mío" - le responde él. Y entonces se puso a atenderle.
¿Habéis descubierto lo absurdo de la pregunta? "¿De quién era?" A lo mejor la chica había pensado que el que le estaba preguntando por el número 10, era el que tenía el número 49, o quizá era un matemático famoso que no soportaba que la gente contara mal. Ambos pensamientos hubieran sido absurdos. Ante la pregunta del chico, "¿Y qué pasa con el 10?", un ciudadano algo inteligente sabría que esa persona tenía el número 10. Recuerdo que cuando la chica le hizo esa pregunta al chico, si yo hubiera estado en su lugar, me habría quedado absorto por la "gran capacidad de deducción que poseía", me habría quedado mudo, como si de una pregunta retórica se tratara.
domingo, 15 de octubre de 2006
Mi blog en un sólo instante
En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante (Robert Lee Frost)
No hay nadie como tú, y a veces no te das cuenta de ello. Siempre habrá un hueco para ti en mi blog, para que dejen de exisitir esos lunes sin rutina. Yo sólo quiero que os sintáis especiales, que para tocar el cielo, me basta con leeros. Tuve suerte al descubrir la entrada en el jardín y encontrarme con el amor del doctor en filosofía, vosotros. Sí, he vuelto revuelto para que sigamos compartiendo música, un bien común. Reconozco que no estaba muy seguro de volver a veros, no estaba seguro de que vendríais; de algunos, la cara me suena, de otros no, pero espero que juntos formemos la más bella sonatina que se ha podido crear. Y lo bueno es que no necesitamos la moto o el coche para desplazarnos, ni tener que superar un curso de CCC, aunque en algunos casos las clases de inglés podrían ayudarnos. Es hora de vacunarse contra el aburrimiento, la soledad, o cualquier problema que tengamos. Pidamos a Dios y las galletas se multiplicarán si tenemos hambre..., ¡aaaayy!, si ha sido tu madre quien las ha comprado, ella, siempre con su ocio laboral, y sin oposiciones para aprender a ser madre. En fin, hagamos un mundo azul y rosa, que si mi primo fue un “Serrano” más, nosotros también podemos alcanzar nuestros sueños sin necesidad de escribir un soneto de tus vísceras. Contémonos nuestras historias para no dormir, porque yo no me voy a callar...
No hay nadie como tú, y a veces no te das cuenta de ello. Siempre habrá un hueco para ti en mi blog, para que dejen de exisitir esos lunes sin rutina. Yo sólo quiero que os sintáis especiales, que para tocar el cielo, me basta con leeros. Tuve suerte al descubrir la entrada en el jardín y encontrarme con el amor del doctor en filosofía, vosotros. Sí, he vuelto revuelto para que sigamos compartiendo música, un bien común. Reconozco que no estaba muy seguro de volver a veros, no estaba seguro de que vendríais; de algunos, la cara me suena, de otros no, pero espero que juntos formemos la más bella sonatina que se ha podido crear. Y lo bueno es que no necesitamos la moto o el coche para desplazarnos, ni tener que superar un curso de CCC, aunque en algunos casos las clases de inglés podrían ayudarnos. Es hora de vacunarse contra el aburrimiento, la soledad, o cualquier problema que tengamos. Pidamos a Dios y las galletas se multiplicarán si tenemos hambre..., ¡aaaayy!, si ha sido tu madre quien las ha comprado, ella, siempre con su ocio laboral, y sin oposiciones para aprender a ser madre. En fin, hagamos un mundo azul y rosa, que si mi primo fue un “Serrano” más, nosotros también podemos alcanzar nuestros sueños sin necesidad de escribir un soneto de tus vísceras. Contémonos nuestras historias para no dormir, porque yo no me voy a callar...
viernes, 13 de octubre de 2006
El Problema
¬
El problema no fue hallarte, el problema es olvidarte.
El problema no es tu ausencia, el problema es que te espero.
El problema, no es problema; el problema es que me duele.
El problema no es que mientas, el problema es que te creo.
El problema no es que juegues, el problema es que es conmigo.
Si me gustaste por ser libre, quién soy yo para cambiarte.
Si me quedé queriendo solo, cómo hacer para obligarte.
El problema no es quererte, es que tú no sientas lo mismo.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos,
cómo encontrarle una pestaña a lo que nunca tuvo ojos,
cómo encontrarle plataformas a lo que siempre fue un barranco,
cómo encontrar en la alacena los besos que no me diste.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos,
y es que el problema no es cambiarte,
el problema es que no quiero.
El problema no es que duela, el problema es que me gusta.
El problema no es el daño, el problema son las huellas.
El problema no es lo que haces, el problema es que lo olvido.
El problema no es que digas, el problema es lo que callas.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos;
El problema no fue hallarte, el problema es olvidarte.
El problema no es que mientas, el problema es que te creo.
El problema no es cambiarte, el problema es que no quiero.
El problema no es quererte, es que tú no sientas lo mismo.
El problema no es que juegues, el problema es que es conmigo.
"El Problema", de Ricardo Arjona
El problema no fue hallarte, el problema es olvidarte.
El problema no es tu ausencia, el problema es que te espero.
El problema, no es problema; el problema es que me duele.
El problema no es que mientas, el problema es que te creo.
El problema no es que juegues, el problema es que es conmigo.
Si me gustaste por ser libre, quién soy yo para cambiarte.
Si me quedé queriendo solo, cómo hacer para obligarte.
El problema no es quererte, es que tú no sientas lo mismo.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos,
cómo encontrarle una pestaña a lo que nunca tuvo ojos,
cómo encontrarle plataformas a lo que siempre fue un barranco,
cómo encontrar en la alacena los besos que no me diste.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos,
y es que el problema no es cambiarte,
el problema es que no quiero.
El problema no es que duela, el problema es que me gusta.
El problema no es el daño, el problema son las huellas.
El problema no es lo que haces, el problema es que lo olvido.
El problema no es que digas, el problema es lo que callas.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos;
El problema no fue hallarte, el problema es olvidarte.
El problema no es que mientas, el problema es que te creo.
El problema no es cambiarte, el problema es que no quiero.
El problema no es quererte, es que tú no sientas lo mismo.
El problema no es que juegues, el problema es que es conmigo.
"El Problema", de Ricardo Arjona
martes, 10 de octubre de 2006
Azul y rosa
Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños (Khalil Gibran)
Cuán embarazosas resultan algunas ocasiones en que nos encontramos ante el inocente punto de mira de una madre que lleva a su hijo/a recién nacido, y por elogiar a su bebé, nos vemos inmersos en un callejón sin salida, porque nos damos cuenta, en ese preciso instante, de que no sabemos si es un niño o una niña...
Hay detalles que nos facilitan dicho reconocimiento, como por ejemplo los pendientes, si lleva el nombre escrito en la ropa o bordado, o prestando atención a un arma de doble filo: los colores. No soy partidario del encasillamiento y discriminación que se somete a los bebés a la hora de vestirles. Si la ropa es azul, será niño, y si la ropa es rosa, ha de ser niña. Mucho cuidado...
Si la ropa fuera verde, naranja, o incluso blanca, nuestro dilema mental crecería exponencialmente al hablar con el bebé, pudiendo perder por completo el control y raíz de nuestro léxico.
Casos verídicos del vecino de un amigo de mi primo que vive en..., vale, me habéis pillado, esa persona soy yo:
Caso uno: La improvisación
(El bebé viste de un color diferente al azul o rosa y no hay indicios para distinguirle).
-¡Uy!, ¡pero qué niño más ricooooo!
-(la madre): es una niña
-¡Pues sí que es guapa, sí! (Tierra trágame)
Caso dos: Aprendiendo de los errores pasados
(El mismo prototipo de bebé que en el caso anterior).
-¡Qué monadaaa! ¡Es tan... (piensa, Javi, piensa..., eeer, ¿inteligente? por eso de buscar un adjetivo sin género, pero no, eso es mucho para un bebé...)..., es tan, tan... (a ver qué digo..., ¿valiente?, uff, qué va...), es tan... ¡¡parecido a ti!!
-(la mujer): Si no es mío, soy una amiga de su madre
-¡Algún antecedente en común habrá! ¡Quién lo diría! (Tierra, en serio, ¡¡trágame ya!!)
Caso tres: Ir sobre seguro
(El bebé puede tener cualquier prototipo, incluso si un niño va de rosa o una niña de azul).
-¡Pero qué cosita! (No existe "cosito") ¡Bichín, que te como! ¡Hey, peque, no me saques la lengua! ¿Cómo se llama?
-(madre): Cris
-Decidí marcharme. Vestía de azul, no tenía pendientes..., ¿Cristina o Cristian? Es bueno saber reconocer la derrota cuando llama a tu puerta.
Y a parte de que la mayoría de los bebés que tienen semanas de vida pueden ser fácilmente confundidos de sexo, lo que sí es cierto es que todos son guapos. A ver quién tiene valor de decirle a una madre:
- ¡Vaya, señora! ¡Su hijo es un poco feo! ¿no?
Si sucediera que una prima tuya, tu jefa y tu mejor amiga tuvieran un bebé por las mismas fechas, y las tres chicas te preguntaran qué bebé es el que más te gusta, está bien claro: Tu futuro bebé será el más guapo (o la más guapa), y a cada una, por separado, le dices que su bebé es el más mono y destacas una cualidad de su "ser-humano-de-pocos-días" que no tenga los otros dos, y ellas, la mar de contentas.
Cuán embarazosas resultan algunas ocasiones en que nos encontramos ante el inocente punto de mira de una madre que lleva a su hijo/a recién nacido, y por elogiar a su bebé, nos vemos inmersos en un callejón sin salida, porque nos damos cuenta, en ese preciso instante, de que no sabemos si es un niño o una niña...
Hay detalles que nos facilitan dicho reconocimiento, como por ejemplo los pendientes, si lleva el nombre escrito en la ropa o bordado, o prestando atención a un arma de doble filo: los colores. No soy partidario del encasillamiento y discriminación que se somete a los bebés a la hora de vestirles. Si la ropa es azul, será niño, y si la ropa es rosa, ha de ser niña. Mucho cuidado...
Si la ropa fuera verde, naranja, o incluso blanca, nuestro dilema mental crecería exponencialmente al hablar con el bebé, pudiendo perder por completo el control y raíz de nuestro léxico.
Casos verídicos del vecino de un amigo de mi primo que vive en..., vale, me habéis pillado, esa persona soy yo:
Caso uno: La improvisación
(El bebé viste de un color diferente al azul o rosa y no hay indicios para distinguirle).
-¡Uy!, ¡pero qué niño más ricooooo!
-(la madre): es una niña
-¡Pues sí que es guapa, sí! (Tierra trágame)
Caso dos: Aprendiendo de los errores pasados
(El mismo prototipo de bebé que en el caso anterior).
-¡Qué monadaaa! ¡Es tan... (piensa, Javi, piensa..., eeer, ¿inteligente? por eso de buscar un adjetivo sin género, pero no, eso es mucho para un bebé...)..., es tan, tan... (a ver qué digo..., ¿valiente?, uff, qué va...), es tan... ¡¡parecido a ti!!
-(la mujer): Si no es mío, soy una amiga de su madre
-¡Algún antecedente en común habrá! ¡Quién lo diría! (Tierra, en serio, ¡¡trágame ya!!)
Caso tres: Ir sobre seguro
(El bebé puede tener cualquier prototipo, incluso si un niño va de rosa o una niña de azul).
-¡Pero qué cosita! (No existe "cosito") ¡Bichín, que te como! ¡Hey, peque, no me saques la lengua! ¿Cómo se llama?
-(madre): Cris
-Decidí marcharme. Vestía de azul, no tenía pendientes..., ¿Cristina o Cristian? Es bueno saber reconocer la derrota cuando llama a tu puerta.
Y a parte de que la mayoría de los bebés que tienen semanas de vida pueden ser fácilmente confundidos de sexo, lo que sí es cierto es que todos son guapos. A ver quién tiene valor de decirle a una madre:
- ¡Vaya, señora! ¡Su hijo es un poco feo! ¿no?
Si sucediera que una prima tuya, tu jefa y tu mejor amiga tuvieran un bebé por las mismas fechas, y las tres chicas te preguntaran qué bebé es el que más te gusta, está bien claro: Tu futuro bebé será el más guapo (o la más guapa), y a cada una, por separado, le dices que su bebé es el más mono y destacas una cualidad de su "ser-humano-de-pocos-días" que no tenga los otros dos, y ellas, la mar de contentas.
viernes, 6 de octubre de 2006
Dios y las galletas
¬
La madre: “¿Sabías que Dios estaba presente cuando cogiste esa galleta de la cocina?”
El niño: “Sí”.
“¿Y sabías que te estaba viendo?”
“Sí”.
“¿Y qué crees que te estaba diciendo Dios?”
“Me decía: - No estás tú solo; estamos los dos. De modo que coge dos galletas - ”.
“La oración de la rana 2”, de Anthony de Mello
La madre: “¿Sabías que Dios estaba presente cuando cogiste esa galleta de la cocina?”
El niño: “Sí”.
“¿Y sabías que te estaba viendo?”
“Sí”.
“¿Y qué crees que te estaba diciendo Dios?”
“Me decía: - No estás tú solo; estamos los dos. De modo que coge dos galletas - ”.
“La oración de la rana 2”, de Anthony de Mello
martes, 3 de octubre de 2006
Clas hof Inglis
Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente (Ludwig Wittgenstein)
El inglés, es realmente sencillo y muy parecido al español. Véase los siguientes ejemplos, donde la primera palabra será la inglesa, y la segunda, la de mi habla materna.
bar - bar
no - no
human - humano
Bueno, tengo que reconocer que estas coincidencias son un grupo minoritario, pero al menos, algo es algo. Con estas palabras, yo creo que se podría vivir en el extranjero (tiene que ser habla inglesa, claro) ¿Cómo que no? En este momento os impartiré, gratuitamente, la primera y última clase de inglés, con el método de las tres palabras de Javier:
Lección Juan (es decir, una), palabras por solitario:
Si tienes sed, le preguntas a alguien "¿bar?, ¿bar?" y si le has caído bien, te señalará el bar más próximo. Si no muestra deseos de querer entenderte, quizá hayas pronunciado mal. Repite la palabra, pero como si tuvieras un caramelo gigante en la boca.
Si alguien te para por la calle y se pone a hablar contigo, lo más seguro es que sea un mormón o alguien que te esté preguntando algo. Ya sabes qué tienes que decir: "no", y luego márchate.
Con la palabra "human", te sobran cientos de palabras. Para referirte a tu hermana, utiliza "human"; si llamas al camarero, pues "human"; en el momento que te atraquen, para ti, la policía ahora será "human", y si la policía te interroga sobre quién era el que te ha atracado, tú, con tu dominio del inglés, les dirás con cara de "claro que sé quien ha sido", y de forma convincente, "human".
Lección Tú (porque yo ya me la sé), combinaciones:
Si te señalan un lugar distinto del que has preguntado, les dices: "no, no" "baaaarrrr", para que quede constancia de que ellos no han entendido tu tan afinada pronunciación.
Si te ha mordido un perro y la policía te interroga, basta con decir "no human" para que ellos se den cuenta de que ha tenido que ser un animal (a excepción de si el perro aún sigue mordiendo tu pierna, con lo que los policías ya se darán cuenta por ellos mismos que no es un humano)
¿Que estás buscando trabajo? ¡Muy fácil! Dirígete a una empresa de trabajo temporal y diles con toda la confianza del mundo: ¡Human bar! ¡¡Y fijo que te hacen chef!!
En fin, pequeños lectores, que hoy ha sido mi primer día en la academia de inglés, del nivel upper-intermediate, que como todos sabréis, significa que "me iré al super en el intermedio". Todo sea para conseguir aprobar mis oposiciones de Lengua Extranjera el próximo año.
El inglés, es realmente sencillo y muy parecido al español. Véase los siguientes ejemplos, donde la primera palabra será la inglesa, y la segunda, la de mi habla materna.
bar - bar
no - no
human - humano
Bueno, tengo que reconocer que estas coincidencias son un grupo minoritario, pero al menos, algo es algo. Con estas palabras, yo creo que se podría vivir en el extranjero (tiene que ser habla inglesa, claro) ¿Cómo que no? En este momento os impartiré, gratuitamente, la primera y última clase de inglés, con el método de las tres palabras de Javier:
Lección Juan (es decir, una), palabras por solitario:
Si tienes sed, le preguntas a alguien "¿bar?, ¿bar?" y si le has caído bien, te señalará el bar más próximo. Si no muestra deseos de querer entenderte, quizá hayas pronunciado mal. Repite la palabra, pero como si tuvieras un caramelo gigante en la boca.
Si alguien te para por la calle y se pone a hablar contigo, lo más seguro es que sea un mormón o alguien que te esté preguntando algo. Ya sabes qué tienes que decir: "no", y luego márchate.
Con la palabra "human", te sobran cientos de palabras. Para referirte a tu hermana, utiliza "human"; si llamas al camarero, pues "human"; en el momento que te atraquen, para ti, la policía ahora será "human", y si la policía te interroga sobre quién era el que te ha atracado, tú, con tu dominio del inglés, les dirás con cara de "claro que sé quien ha sido", y de forma convincente, "human".
Lección Tú (porque yo ya me la sé), combinaciones:
Si te señalan un lugar distinto del que has preguntado, les dices: "no, no" "baaaarrrr", para que quede constancia de que ellos no han entendido tu tan afinada pronunciación.
Si te ha mordido un perro y la policía te interroga, basta con decir "no human" para que ellos se den cuenta de que ha tenido que ser un animal (a excepción de si el perro aún sigue mordiendo tu pierna, con lo que los policías ya se darán cuenta por ellos mismos que no es un humano)
¿Que estás buscando trabajo? ¡Muy fácil! Dirígete a una empresa de trabajo temporal y diles con toda la confianza del mundo: ¡Human bar! ¡¡Y fijo que te hacen chef!!
En fin, pequeños lectores, que hoy ha sido mi primer día en la academia de inglés, del nivel upper-intermediate, que como todos sabréis, significa que "me iré al super en el intermedio". Todo sea para conseguir aprobar mis oposiciones de Lengua Extranjera el próximo año.
domingo, 1 de octubre de 2006
CCC (¡No es un curso a distancia!)
Lo último que uno sabe, es por dónde empezar (Blaise Pascal)
Al final, he podido entrar en mi propio blog. Digo esto, porque después de mi último documento, ha llovido mucho desde entonces..., bueno, llover, lo que se dice llover en el sentido literal, va a ser que no, así que cambiaré la anterior expresión por "se han secado mucho los pantanos desde entonces", sí, creo que esto lo entiende todo el mundo.
Y debido a tanto tiempo sin pasearme por aquí, sin dar muestras de vida (en sentido figurado, claro), sin aportaros otro granito más de mis aventuras y sin daros un pelín la plasta, pues resulta que casi olvido mi contraseña para entrar, jajaja. Y con lo olvidadizo que soy, aún no entiendo cómo he conseguido acordarme.
Os escribo, para anunciar públicamente mi compromiso de retomar este mundo tan fascinante del llamado (por mí), "CCC", que significa: "Cómodo Cotilleo Censurado", es decir, que desde vuestro ordenador, sentaditos, escuchando música, tomando una copa, acariciando a vuestras mascotas o peluches preferidos o cualquier otra actividad que os satisfaga, podéis enteraros de mis cosas sin tener que competir con otros paparazzi que me acosan cada vez que salgo a la calle (jejeje), aunque, eso sí, os enteraréis de lo que yo quiero que os enteréis, por supuesto.
Dicho esto, queridos lectores, bloggers, y demás bichos raros, me despido con un caluroso abrazo ahora que empieza el fresquito, dulce fresquito.
Al final, he podido entrar en mi propio blog. Digo esto, porque después de mi último documento, ha llovido mucho desde entonces..., bueno, llover, lo que se dice llover en el sentido literal, va a ser que no, así que cambiaré la anterior expresión por "se han secado mucho los pantanos desde entonces", sí, creo que esto lo entiende todo el mundo.
Y debido a tanto tiempo sin pasearme por aquí, sin dar muestras de vida (en sentido figurado, claro), sin aportaros otro granito más de mis aventuras y sin daros un pelín la plasta, pues resulta que casi olvido mi contraseña para entrar, jajaja. Y con lo olvidadizo que soy, aún no entiendo cómo he conseguido acordarme.
Os escribo, para anunciar públicamente mi compromiso de retomar este mundo tan fascinante del llamado (por mí), "CCC", que significa: "Cómodo Cotilleo Censurado", es decir, que desde vuestro ordenador, sentaditos, escuchando música, tomando una copa, acariciando a vuestras mascotas o peluches preferidos o cualquier otra actividad que os satisfaga, podéis enteraros de mis cosas sin tener que competir con otros paparazzi que me acosan cada vez que salgo a la calle (jejeje), aunque, eso sí, os enteraréis de lo que yo quiero que os enteréis, por supuesto.
Dicho esto, queridos lectores, bloggers, y demás bichos raros, me despido con un caluroso abrazo ahora que empieza el fresquito, dulce fresquito.
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