Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños (Khalil Gibran)
Cuán embarazosas resultan algunas ocasiones en que nos encontramos ante el inocente punto de mira de una madre que lleva a su hijo/a recién nacido, y por elogiar a su bebé, nos vemos inmersos en un callejón sin salida, porque nos damos cuenta, en ese preciso instante, de que no sabemos si es un niño o una niña...
Hay detalles que nos facilitan dicho reconocimiento, como por ejemplo los pendientes, si lleva el nombre escrito en la ropa o bordado, o prestando atención a un arma de doble filo: los colores. No soy partidario del encasillamiento y discriminación que se somete a los bebés a la hora de vestirles. Si la ropa es azul, será niño, y si la ropa es rosa, ha de ser niña. Mucho cuidado...
Si la ropa fuera verde, naranja, o incluso blanca, nuestro dilema mental crecería exponencialmente al hablar con el bebé, pudiendo perder por completo el control y raíz de nuestro léxico.
Casos verídicos del vecino de un amigo de mi primo que vive en..., vale, me habéis pillado, esa persona soy yo:
Caso uno: La improvisación
(El bebé viste de un color diferente al azul o rosa y no hay indicios para distinguirle).
-¡Uy!, ¡pero qué niño más ricooooo!
-(la madre): es una niña
-¡Pues sí que es guapa, sí! (Tierra trágame)
Caso dos: Aprendiendo de los errores pasados
(El mismo prototipo de bebé que en el caso anterior).
-¡Qué monadaaa! ¡Es tan... (piensa, Javi, piensa..., eeer, ¿inteligente? por eso de buscar un adjetivo sin género, pero no, eso es mucho para un bebé...)..., es tan, tan... (a ver qué digo..., ¿valiente?, uff, qué va...), es tan... ¡¡parecido a ti!!
-(la mujer): Si no es mío, soy una amiga de su madre
-¡Algún antecedente en común habrá! ¡Quién lo diría! (Tierra, en serio, ¡¡trágame ya!!)
Caso tres: Ir sobre seguro
(El bebé puede tener cualquier prototipo, incluso si un niño va de rosa o una niña de azul).
-¡Pero qué cosita! (No existe "cosito") ¡Bichín, que te como! ¡Hey, peque, no me saques la lengua! ¿Cómo se llama?
-(madre): Cris
-Decidí marcharme. Vestía de azul, no tenía pendientes..., ¿Cristina o Cristian? Es bueno saber reconocer la derrota cuando llama a tu puerta.
Y a parte de que la mayoría de los bebés que tienen semanas de vida pueden ser fácilmente confundidos de sexo, lo que sí es cierto es que todos son guapos. A ver quién tiene valor de decirle a una madre:
- ¡Vaya, señora! ¡Su hijo es un poco feo! ¿no?
Si sucediera que una prima tuya, tu jefa y tu mejor amiga tuvieran un bebé por las mismas fechas, y las tres chicas te preguntaran qué bebé es el que más te gusta, está bien claro: Tu futuro bebé será el más guapo (o la más guapa), y a cada una, por separado, le dices que su bebé es el más mono y destacas una cualidad de su "ser-humano-de-pocos-días" que no tenga los otros dos, y ellas, la mar de contentas.
martes, 10 de octubre de 2006
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4 comentarios:
Y que más da el sexo para ser amable? La opción "cosita" es la más adecuada :o)
Hey Athe, pues no quieras imaginarte la cara de algunas madres, cuando me confundía. Sus ojos decían: ¡¡"Cómo puedes cometer tal aberración contra mi niño/a!!". ("Quien se pica, ajos come..., y guindillas también") Besis
En realidad todos los bebes son una monada, graciosos o bellos
saludos
Estoy de acuerdo contigo, Alida, así que podremos afirmar, que el origen del ser humano, es un origen mono, gracioso y bello. (Nunca mejor dicho por lo de mono)
Un saludo
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