Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada (William Shakespeare)
A medida que el tren va disminuyendo su velocidad, me voy aproximando a él sin levantar la mirada del libro. El tren se detiene a la par que mi lectura. Levanto los ojos hacia el cristal de las puertas que están a punto de abrirse y la veo. No la conozco de nada, ni ella a mí. Nos estamos mirando. Se abren las puertas y me hago a un lado. No hemos dejado de mirarnos. Me sonríe, sale y me sonríe aún más. Me contagia la calidez de su sonrisa y se la devuelvo. Despacio, inicio la despedida adentrándome en el vagón. Las puertas se cierran, y con ellas, mi sueño.
martes, 31 de octubre de 2006
domingo, 29 de octubre de 2006
Una hora más
Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día (Richard Whately)
Hace cinco minutos, el reloj marcaba las 02:55 horas. Ahora son las 02:00 horas. Normal, hoy nos toca dormir una hora más, aunque muchos no la vamos a aprovechar...
En fin, que quería avisaros, simplemente para que no lo olvidárais por si mañana tenéis que ir a algún sitio y no podéis llegar tarde. ¡Saludos medio adormilados!
Hace cinco minutos, el reloj marcaba las 02:55 horas. Ahora son las 02:00 horas. Normal, hoy nos toca dormir una hora más, aunque muchos no la vamos a aprovechar...
En fin, que quería avisaros, simplemente para que no lo olvidárais por si mañana tenéis que ir a algún sitio y no podéis llegar tarde. ¡Saludos medio adormilados!
miércoles, 25 de octubre de 2006
"Destruyan esa maldita máquina"
El auténtico problema no es si las máquinas piensan, sino si lo hacen los hombres (Frederic Burrhus Skinner)
Logré inventar una máquina del tiempo. Quise retroceder media hora. No funcionó. Salí a pasear.
Desperté de mi siesta. Nervioso, me dirigí al ático. Probé la máquina por primera vez. No funcionó. Salí a pasear.
Al despertar de mi siesta, subí nerviosos al ático. Decidí estrenar la máquina. No funcionó. Salí a pasear.
…
Antes de volverme loco, pude escribir “destruyan esa maldita máquina”.
"Destruyan esa maldita máquina", de Acus.
Logré inventar una máquina del tiempo. Quise retroceder media hora. No funcionó. Salí a pasear.
Desperté de mi siesta. Nervioso, me dirigí al ático. Probé la máquina por primera vez. No funcionó. Salí a pasear.
Al despertar de mi siesta, subí nerviosos al ático. Decidí estrenar la máquina. No funcionó. Salí a pasear.
…
Antes de volverme loco, pude escribir “destruyan esa maldita máquina”.
"Destruyan esa maldita máquina", de Acus.
martes, 24 de octubre de 2006
Calabazas
¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie? (Pablo Neruda)
21:45 horas: Salí de la academia de inglés, pero aún no había llegado. Hacía fresquillo. Miré por el lugar por el que iba a venir, pero ni rastro de que fuera a llegar en unos minutos.
21:46 horas: Saqué el libro que me estaba leyendo "La espada de Joram II", para matar el tiempo.
21:55 horas: El tiempo me estaba matando a mí. Las manos empezaban a gemir de frío, pero me hice el duro con ellas, y las ignoré. Incluso las forcé para que fueran pasando las páginas del libro.
22:03 horas: Entiendo que hay que ser paciente en la vida, entiendo que un retraso lo puede tener todo el mundo, pero me empecé a impacientar. Sinceramente, tenía ganas de llegar a casa.
22:10 horas: Leer, lo que se dice leer, como que no. Yo estaba más pendiente de observar el final de la calle para ver si venía, que concentrado en leer el libro.
22:12 horas: Empecé a pensar que no iba a venir, dudaba de si irme o quedarme. ¿Me habrá dado calabazas?
22:14 horas: ¡Se va a enterar cuando venga! ¿Y si le ha pasado algo? Y mi móvil sin batería... ¡Bah! Seguro que se ha quedado charlando con algún "compañero"...
22:17 horas: ¡Ya era hora! Desde lejos, veo como sube la calle muy lentamente. Cuando llega a mi altura, se para bruscamente, abre las puertas, y por fin el autobús me engulle con su cálida garganta.
21:45 horas: Salí de la academia de inglés, pero aún no había llegado. Hacía fresquillo. Miré por el lugar por el que iba a venir, pero ni rastro de que fuera a llegar en unos minutos.
21:46 horas: Saqué el libro que me estaba leyendo "La espada de Joram II", para matar el tiempo.
21:55 horas: El tiempo me estaba matando a mí. Las manos empezaban a gemir de frío, pero me hice el duro con ellas, y las ignoré. Incluso las forcé para que fueran pasando las páginas del libro.
22:03 horas: Entiendo que hay que ser paciente en la vida, entiendo que un retraso lo puede tener todo el mundo, pero me empecé a impacientar. Sinceramente, tenía ganas de llegar a casa.
22:10 horas: Leer, lo que se dice leer, como que no. Yo estaba más pendiente de observar el final de la calle para ver si venía, que concentrado en leer el libro.
22:12 horas: Empecé a pensar que no iba a venir, dudaba de si irme o quedarme. ¿Me habrá dado calabazas?
22:14 horas: ¡Se va a enterar cuando venga! ¿Y si le ha pasado algo? Y mi móvil sin batería... ¡Bah! Seguro que se ha quedado charlando con algún "compañero"...
22:17 horas: ¡Ya era hora! Desde lejos, veo como sube la calle muy lentamente. Cuando llega a mi altura, se para bruscamente, abre las puertas, y por fin el autobús me engulle con su cálida garganta.
sábado, 21 de octubre de 2006
Dulce soñar
¬
Dulce soñar y dulce congojarme,
cuando estaba soñando que soñaba;
dulce gozar con lo que me engañaba,
si un poco más durara el engañarme.
Dulce no estar en mí, que figurarme
podía cuanto bien yo deseaba;
dulce placer, aunque me importunaba,
que alguna vez llegara a despertarme.
¡Oh sueño, cuánto más leve y sabroso
me fueras, si vinieras tan pesado,
que asentaras en mí con más reposo!
Durmiendo, en fin, fui bienaventurado;
y es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.
"Dulce soñar", de Juan Boscán
Dulce soñar y dulce congojarme,
cuando estaba soñando que soñaba;
dulce gozar con lo que me engañaba,
si un poco más durara el engañarme.
Dulce no estar en mí, que figurarme
podía cuanto bien yo deseaba;
dulce placer, aunque me importunaba,
que alguna vez llegara a despertarme.
¡Oh sueño, cuánto más leve y sabroso
me fueras, si vinieras tan pesado,
que asentaras en mí con más reposo!
Durmiendo, en fin, fui bienaventurado;
y es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.
"Dulce soñar", de Juan Boscán
jueves, 19 de octubre de 2006
Retórica
Hay dos cosas infinitas: El Universo y la estupidez humana (Albert Einstein)
Estando el otro día en los juzgados (no diré que eran los de Fuenlabrada, para que nadie se sienta identificado y/o herido), porque me disponía a solicitar un certificado de nacimiento (es que la gente nace, qué se le va a hacer), sucedió algo totalmente absurdo. Resulta que saqué el ticket para ver mi turno y era el número 13, me encanta ese número...
...y menos mal que me gusta, porque cuando yo estudiaba, mi instituto era el número 13 (por orden de construcción), y mi áula, era el áula número 13. Mi número de lista nunca fue el 13, qué pena. Mi instituto se llamaba Gabriel García Marquez, pero se le identificaba por su número...
...qué libro tan curioso escribió García Marquez, llamado "Crónicas de una muerte anunciada". Fue el primer libro que leí de este señor, y el único, pero me dejó un buen sabor de boca...
...los chicles Orbit son mis preferidos, sobre todo los de eucalipto, menta, clorofila o similar, ya que dejan la boca fresca. Se puede decir que soy un "chico-orbit", porque a veces parece que no estoy en este mundo, sino en otra galaxia, en otras órbitas...
...¡pobre Plutón! ¡Le han desterrado como planeta del sistema solar! Y pobre de aquellos que han nacido bajo el influjo de Plutón, el tarot ya no será lo mismo para ellos...
...cartas astrológicas, lectura de manos, tarot, adivinación del futuro por los posos del café, etc., son meros pasatiempos, donde la fiabilidad escasea, al menos desde mi punto de vista, no sé si habéis experimentado con estas cosillas y ha resultado ser cierto, pero hasta el día de hoy, para mí son divertimentos...
...y qué gracioso y absurdo fue lo que sucedió en los juzgados (no diré que son de Fuenlabrada), el día que fui a recoger un certificado de nacimiento..., ¡esta parte me suena un poco...! Es que era para encauzar lo que empecé a contar. (De hecho, esta introducción ha sido inspirada en un sketch del grupo argentino Les Luthiers; gracias Froggy por culturizarme).
Pues resulta que se van por el número 9. La chica de la ventanilla ve el número, le da al botón para avanzar un número más, ve el número 10 y a la milésima, cambia de nuevo y dice:
- "El onceee"
Veo a dos personas avanzar tranquilamente hacia la ventanilla, y detrás de ellos, un chico que avanza a paso rápido, que adelanta a la pareja y le dice de forma educada a la de la ventanilla:
- "¿Y qué pasa con el diez?"
- "¿De quién era?" - dice la de la ventanilla.
- "Mío" - le responde él. Y entonces se puso a atenderle.
¿Habéis descubierto lo absurdo de la pregunta? "¿De quién era?" A lo mejor la chica había pensado que el que le estaba preguntando por el número 10, era el que tenía el número 49, o quizá era un matemático famoso que no soportaba que la gente contara mal. Ambos pensamientos hubieran sido absurdos. Ante la pregunta del chico, "¿Y qué pasa con el 10?", un ciudadano algo inteligente sabría que esa persona tenía el número 10. Recuerdo que cuando la chica le hizo esa pregunta al chico, si yo hubiera estado en su lugar, me habría quedado absorto por la "gran capacidad de deducción que poseía", me habría quedado mudo, como si de una pregunta retórica se tratara.
Estando el otro día en los juzgados (no diré que eran los de Fuenlabrada, para que nadie se sienta identificado y/o herido), porque me disponía a solicitar un certificado de nacimiento (es que la gente nace, qué se le va a hacer), sucedió algo totalmente absurdo. Resulta que saqué el ticket para ver mi turno y era el número 13, me encanta ese número...
...y menos mal que me gusta, porque cuando yo estudiaba, mi instituto era el número 13 (por orden de construcción), y mi áula, era el áula número 13. Mi número de lista nunca fue el 13, qué pena. Mi instituto se llamaba Gabriel García Marquez, pero se le identificaba por su número...
...qué libro tan curioso escribió García Marquez, llamado "Crónicas de una muerte anunciada". Fue el primer libro que leí de este señor, y el único, pero me dejó un buen sabor de boca...
...los chicles Orbit son mis preferidos, sobre todo los de eucalipto, menta, clorofila o similar, ya que dejan la boca fresca. Se puede decir que soy un "chico-orbit", porque a veces parece que no estoy en este mundo, sino en otra galaxia, en otras órbitas...
...¡pobre Plutón! ¡Le han desterrado como planeta del sistema solar! Y pobre de aquellos que han nacido bajo el influjo de Plutón, el tarot ya no será lo mismo para ellos...
...cartas astrológicas, lectura de manos, tarot, adivinación del futuro por los posos del café, etc., son meros pasatiempos, donde la fiabilidad escasea, al menos desde mi punto de vista, no sé si habéis experimentado con estas cosillas y ha resultado ser cierto, pero hasta el día de hoy, para mí son divertimentos...
...y qué gracioso y absurdo fue lo que sucedió en los juzgados (no diré que son de Fuenlabrada), el día que fui a recoger un certificado de nacimiento..., ¡esta parte me suena un poco...! Es que era para encauzar lo que empecé a contar. (De hecho, esta introducción ha sido inspirada en un sketch del grupo argentino Les Luthiers; gracias Froggy por culturizarme).
Pues resulta que se van por el número 9. La chica de la ventanilla ve el número, le da al botón para avanzar un número más, ve el número 10 y a la milésima, cambia de nuevo y dice:
- "El onceee"
Veo a dos personas avanzar tranquilamente hacia la ventanilla, y detrás de ellos, un chico que avanza a paso rápido, que adelanta a la pareja y le dice de forma educada a la de la ventanilla:
- "¿Y qué pasa con el diez?"
- "¿De quién era?" - dice la de la ventanilla.
- "Mío" - le responde él. Y entonces se puso a atenderle.
¿Habéis descubierto lo absurdo de la pregunta? "¿De quién era?" A lo mejor la chica había pensado que el que le estaba preguntando por el número 10, era el que tenía el número 49, o quizá era un matemático famoso que no soportaba que la gente contara mal. Ambos pensamientos hubieran sido absurdos. Ante la pregunta del chico, "¿Y qué pasa con el 10?", un ciudadano algo inteligente sabría que esa persona tenía el número 10. Recuerdo que cuando la chica le hizo esa pregunta al chico, si yo hubiera estado en su lugar, me habría quedado absorto por la "gran capacidad de deducción que poseía", me habría quedado mudo, como si de una pregunta retórica se tratara.
domingo, 15 de octubre de 2006
Mi blog en un sólo instante
En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante (Robert Lee Frost)
No hay nadie como tú, y a veces no te das cuenta de ello. Siempre habrá un hueco para ti en mi blog, para que dejen de exisitir esos lunes sin rutina. Yo sólo quiero que os sintáis especiales, que para tocar el cielo, me basta con leeros. Tuve suerte al descubrir la entrada en el jardín y encontrarme con el amor del doctor en filosofía, vosotros. Sí, he vuelto revuelto para que sigamos compartiendo música, un bien común. Reconozco que no estaba muy seguro de volver a veros, no estaba seguro de que vendríais; de algunos, la cara me suena, de otros no, pero espero que juntos formemos la más bella sonatina que se ha podido crear. Y lo bueno es que no necesitamos la moto o el coche para desplazarnos, ni tener que superar un curso de CCC, aunque en algunos casos las clases de inglés podrían ayudarnos. Es hora de vacunarse contra el aburrimiento, la soledad, o cualquier problema que tengamos. Pidamos a Dios y las galletas se multiplicarán si tenemos hambre..., ¡aaaayy!, si ha sido tu madre quien las ha comprado, ella, siempre con su ocio laboral, y sin oposiciones para aprender a ser madre. En fin, hagamos un mundo azul y rosa, que si mi primo fue un “Serrano” más, nosotros también podemos alcanzar nuestros sueños sin necesidad de escribir un soneto de tus vísceras. Contémonos nuestras historias para no dormir, porque yo no me voy a callar...
No hay nadie como tú, y a veces no te das cuenta de ello. Siempre habrá un hueco para ti en mi blog, para que dejen de exisitir esos lunes sin rutina. Yo sólo quiero que os sintáis especiales, que para tocar el cielo, me basta con leeros. Tuve suerte al descubrir la entrada en el jardín y encontrarme con el amor del doctor en filosofía, vosotros. Sí, he vuelto revuelto para que sigamos compartiendo música, un bien común. Reconozco que no estaba muy seguro de volver a veros, no estaba seguro de que vendríais; de algunos, la cara me suena, de otros no, pero espero que juntos formemos la más bella sonatina que se ha podido crear. Y lo bueno es que no necesitamos la moto o el coche para desplazarnos, ni tener que superar un curso de CCC, aunque en algunos casos las clases de inglés podrían ayudarnos. Es hora de vacunarse contra el aburrimiento, la soledad, o cualquier problema que tengamos. Pidamos a Dios y las galletas se multiplicarán si tenemos hambre..., ¡aaaayy!, si ha sido tu madre quien las ha comprado, ella, siempre con su ocio laboral, y sin oposiciones para aprender a ser madre. En fin, hagamos un mundo azul y rosa, que si mi primo fue un “Serrano” más, nosotros también podemos alcanzar nuestros sueños sin necesidad de escribir un soneto de tus vísceras. Contémonos nuestras historias para no dormir, porque yo no me voy a callar...
viernes, 13 de octubre de 2006
El Problema
¬
El problema no fue hallarte, el problema es olvidarte.
El problema no es tu ausencia, el problema es que te espero.
El problema, no es problema; el problema es que me duele.
El problema no es que mientas, el problema es que te creo.
El problema no es que juegues, el problema es que es conmigo.
Si me gustaste por ser libre, quién soy yo para cambiarte.
Si me quedé queriendo solo, cómo hacer para obligarte.
El problema no es quererte, es que tú no sientas lo mismo.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos,
cómo encontrarle una pestaña a lo que nunca tuvo ojos,
cómo encontrarle plataformas a lo que siempre fue un barranco,
cómo encontrar en la alacena los besos que no me diste.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos,
y es que el problema no es cambiarte,
el problema es que no quiero.
El problema no es que duela, el problema es que me gusta.
El problema no es el daño, el problema son las huellas.
El problema no es lo que haces, el problema es que lo olvido.
El problema no es que digas, el problema es lo que callas.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos;
El problema no fue hallarte, el problema es olvidarte.
El problema no es que mientas, el problema es que te creo.
El problema no es cambiarte, el problema es que no quiero.
El problema no es quererte, es que tú no sientas lo mismo.
El problema no es que juegues, el problema es que es conmigo.
"El Problema", de Ricardo Arjona
El problema no fue hallarte, el problema es olvidarte.
El problema no es tu ausencia, el problema es que te espero.
El problema, no es problema; el problema es que me duele.
El problema no es que mientas, el problema es que te creo.
El problema no es que juegues, el problema es que es conmigo.
Si me gustaste por ser libre, quién soy yo para cambiarte.
Si me quedé queriendo solo, cómo hacer para obligarte.
El problema no es quererte, es que tú no sientas lo mismo.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos,
cómo encontrarle una pestaña a lo que nunca tuvo ojos,
cómo encontrarle plataformas a lo que siempre fue un barranco,
cómo encontrar en la alacena los besos que no me diste.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos,
y es que el problema no es cambiarte,
el problema es que no quiero.
El problema no es que duela, el problema es que me gusta.
El problema no es el daño, el problema son las huellas.
El problema no es lo que haces, el problema es que lo olvido.
El problema no es que digas, el problema es lo que callas.
Y cómo deshacerme de ti si no te tengo,
cómo alejarme de ti si estás tan lejos;
El problema no fue hallarte, el problema es olvidarte.
El problema no es que mientas, el problema es que te creo.
El problema no es cambiarte, el problema es que no quiero.
El problema no es quererte, es que tú no sientas lo mismo.
El problema no es que juegues, el problema es que es conmigo.
"El Problema", de Ricardo Arjona
martes, 10 de octubre de 2006
Azul y rosa
Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños (Khalil Gibran)
Cuán embarazosas resultan algunas ocasiones en que nos encontramos ante el inocente punto de mira de una madre que lleva a su hijo/a recién nacido, y por elogiar a su bebé, nos vemos inmersos en un callejón sin salida, porque nos damos cuenta, en ese preciso instante, de que no sabemos si es un niño o una niña...
Hay detalles que nos facilitan dicho reconocimiento, como por ejemplo los pendientes, si lleva el nombre escrito en la ropa o bordado, o prestando atención a un arma de doble filo: los colores. No soy partidario del encasillamiento y discriminación que se somete a los bebés a la hora de vestirles. Si la ropa es azul, será niño, y si la ropa es rosa, ha de ser niña. Mucho cuidado...
Si la ropa fuera verde, naranja, o incluso blanca, nuestro dilema mental crecería exponencialmente al hablar con el bebé, pudiendo perder por completo el control y raíz de nuestro léxico.
Casos verídicos del vecino de un amigo de mi primo que vive en..., vale, me habéis pillado, esa persona soy yo:
Caso uno: La improvisación
(El bebé viste de un color diferente al azul o rosa y no hay indicios para distinguirle).
-¡Uy!, ¡pero qué niño más ricooooo!
-(la madre): es una niña
-¡Pues sí que es guapa, sí! (Tierra trágame)
Caso dos: Aprendiendo de los errores pasados
(El mismo prototipo de bebé que en el caso anterior).
-¡Qué monadaaa! ¡Es tan... (piensa, Javi, piensa..., eeer, ¿inteligente? por eso de buscar un adjetivo sin género, pero no, eso es mucho para un bebé...)..., es tan, tan... (a ver qué digo..., ¿valiente?, uff, qué va...), es tan... ¡¡parecido a ti!!
-(la mujer): Si no es mío, soy una amiga de su madre
-¡Algún antecedente en común habrá! ¡Quién lo diría! (Tierra, en serio, ¡¡trágame ya!!)
Caso tres: Ir sobre seguro
(El bebé puede tener cualquier prototipo, incluso si un niño va de rosa o una niña de azul).
-¡Pero qué cosita! (No existe "cosito") ¡Bichín, que te como! ¡Hey, peque, no me saques la lengua! ¿Cómo se llama?
-(madre): Cris
-Decidí marcharme. Vestía de azul, no tenía pendientes..., ¿Cristina o Cristian? Es bueno saber reconocer la derrota cuando llama a tu puerta.
Y a parte de que la mayoría de los bebés que tienen semanas de vida pueden ser fácilmente confundidos de sexo, lo que sí es cierto es que todos son guapos. A ver quién tiene valor de decirle a una madre:
- ¡Vaya, señora! ¡Su hijo es un poco feo! ¿no?
Si sucediera que una prima tuya, tu jefa y tu mejor amiga tuvieran un bebé por las mismas fechas, y las tres chicas te preguntaran qué bebé es el que más te gusta, está bien claro: Tu futuro bebé será el más guapo (o la más guapa), y a cada una, por separado, le dices que su bebé es el más mono y destacas una cualidad de su "ser-humano-de-pocos-días" que no tenga los otros dos, y ellas, la mar de contentas.
Cuán embarazosas resultan algunas ocasiones en que nos encontramos ante el inocente punto de mira de una madre que lleva a su hijo/a recién nacido, y por elogiar a su bebé, nos vemos inmersos en un callejón sin salida, porque nos damos cuenta, en ese preciso instante, de que no sabemos si es un niño o una niña...
Hay detalles que nos facilitan dicho reconocimiento, como por ejemplo los pendientes, si lleva el nombre escrito en la ropa o bordado, o prestando atención a un arma de doble filo: los colores. No soy partidario del encasillamiento y discriminación que se somete a los bebés a la hora de vestirles. Si la ropa es azul, será niño, y si la ropa es rosa, ha de ser niña. Mucho cuidado...
Si la ropa fuera verde, naranja, o incluso blanca, nuestro dilema mental crecería exponencialmente al hablar con el bebé, pudiendo perder por completo el control y raíz de nuestro léxico.
Casos verídicos del vecino de un amigo de mi primo que vive en..., vale, me habéis pillado, esa persona soy yo:
Caso uno: La improvisación
(El bebé viste de un color diferente al azul o rosa y no hay indicios para distinguirle).
-¡Uy!, ¡pero qué niño más ricooooo!
-(la madre): es una niña
-¡Pues sí que es guapa, sí! (Tierra trágame)
Caso dos: Aprendiendo de los errores pasados
(El mismo prototipo de bebé que en el caso anterior).
-¡Qué monadaaa! ¡Es tan... (piensa, Javi, piensa..., eeer, ¿inteligente? por eso de buscar un adjetivo sin género, pero no, eso es mucho para un bebé...)..., es tan, tan... (a ver qué digo..., ¿valiente?, uff, qué va...), es tan... ¡¡parecido a ti!!
-(la mujer): Si no es mío, soy una amiga de su madre
-¡Algún antecedente en común habrá! ¡Quién lo diría! (Tierra, en serio, ¡¡trágame ya!!)
Caso tres: Ir sobre seguro
(El bebé puede tener cualquier prototipo, incluso si un niño va de rosa o una niña de azul).
-¡Pero qué cosita! (No existe "cosito") ¡Bichín, que te como! ¡Hey, peque, no me saques la lengua! ¿Cómo se llama?
-(madre): Cris
-Decidí marcharme. Vestía de azul, no tenía pendientes..., ¿Cristina o Cristian? Es bueno saber reconocer la derrota cuando llama a tu puerta.
Y a parte de que la mayoría de los bebés que tienen semanas de vida pueden ser fácilmente confundidos de sexo, lo que sí es cierto es que todos son guapos. A ver quién tiene valor de decirle a una madre:
- ¡Vaya, señora! ¡Su hijo es un poco feo! ¿no?
Si sucediera que una prima tuya, tu jefa y tu mejor amiga tuvieran un bebé por las mismas fechas, y las tres chicas te preguntaran qué bebé es el que más te gusta, está bien claro: Tu futuro bebé será el más guapo (o la más guapa), y a cada una, por separado, le dices que su bebé es el más mono y destacas una cualidad de su "ser-humano-de-pocos-días" que no tenga los otros dos, y ellas, la mar de contentas.
viernes, 6 de octubre de 2006
Dios y las galletas
¬
La madre: “¿Sabías que Dios estaba presente cuando cogiste esa galleta de la cocina?”
El niño: “Sí”.
“¿Y sabías que te estaba viendo?”
“Sí”.
“¿Y qué crees que te estaba diciendo Dios?”
“Me decía: - No estás tú solo; estamos los dos. De modo que coge dos galletas - ”.
“La oración de la rana 2”, de Anthony de Mello
La madre: “¿Sabías que Dios estaba presente cuando cogiste esa galleta de la cocina?”
El niño: “Sí”.
“¿Y sabías que te estaba viendo?”
“Sí”.
“¿Y qué crees que te estaba diciendo Dios?”
“Me decía: - No estás tú solo; estamos los dos. De modo que coge dos galletas - ”.
“La oración de la rana 2”, de Anthony de Mello
martes, 3 de octubre de 2006
Clas hof Inglis
Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente (Ludwig Wittgenstein)
El inglés, es realmente sencillo y muy parecido al español. Véase los siguientes ejemplos, donde la primera palabra será la inglesa, y la segunda, la de mi habla materna.
bar - bar
no - no
human - humano
Bueno, tengo que reconocer que estas coincidencias son un grupo minoritario, pero al menos, algo es algo. Con estas palabras, yo creo que se podría vivir en el extranjero (tiene que ser habla inglesa, claro) ¿Cómo que no? En este momento os impartiré, gratuitamente, la primera y última clase de inglés, con el método de las tres palabras de Javier:
Lección Juan (es decir, una), palabras por solitario:
Si tienes sed, le preguntas a alguien "¿bar?, ¿bar?" y si le has caído bien, te señalará el bar más próximo. Si no muestra deseos de querer entenderte, quizá hayas pronunciado mal. Repite la palabra, pero como si tuvieras un caramelo gigante en la boca.
Si alguien te para por la calle y se pone a hablar contigo, lo más seguro es que sea un mormón o alguien que te esté preguntando algo. Ya sabes qué tienes que decir: "no", y luego márchate.
Con la palabra "human", te sobran cientos de palabras. Para referirte a tu hermana, utiliza "human"; si llamas al camarero, pues "human"; en el momento que te atraquen, para ti, la policía ahora será "human", y si la policía te interroga sobre quién era el que te ha atracado, tú, con tu dominio del inglés, les dirás con cara de "claro que sé quien ha sido", y de forma convincente, "human".
Lección Tú (porque yo ya me la sé), combinaciones:
Si te señalan un lugar distinto del que has preguntado, les dices: "no, no" "baaaarrrr", para que quede constancia de que ellos no han entendido tu tan afinada pronunciación.
Si te ha mordido un perro y la policía te interroga, basta con decir "no human" para que ellos se den cuenta de que ha tenido que ser un animal (a excepción de si el perro aún sigue mordiendo tu pierna, con lo que los policías ya se darán cuenta por ellos mismos que no es un humano)
¿Que estás buscando trabajo? ¡Muy fácil! Dirígete a una empresa de trabajo temporal y diles con toda la confianza del mundo: ¡Human bar! ¡¡Y fijo que te hacen chef!!
En fin, pequeños lectores, que hoy ha sido mi primer día en la academia de inglés, del nivel upper-intermediate, que como todos sabréis, significa que "me iré al super en el intermedio". Todo sea para conseguir aprobar mis oposiciones de Lengua Extranjera el próximo año.
El inglés, es realmente sencillo y muy parecido al español. Véase los siguientes ejemplos, donde la primera palabra será la inglesa, y la segunda, la de mi habla materna.
bar - bar
no - no
human - humano
Bueno, tengo que reconocer que estas coincidencias son un grupo minoritario, pero al menos, algo es algo. Con estas palabras, yo creo que se podría vivir en el extranjero (tiene que ser habla inglesa, claro) ¿Cómo que no? En este momento os impartiré, gratuitamente, la primera y última clase de inglés, con el método de las tres palabras de Javier:
Lección Juan (es decir, una), palabras por solitario:
Si tienes sed, le preguntas a alguien "¿bar?, ¿bar?" y si le has caído bien, te señalará el bar más próximo. Si no muestra deseos de querer entenderte, quizá hayas pronunciado mal. Repite la palabra, pero como si tuvieras un caramelo gigante en la boca.
Si alguien te para por la calle y se pone a hablar contigo, lo más seguro es que sea un mormón o alguien que te esté preguntando algo. Ya sabes qué tienes que decir: "no", y luego márchate.
Con la palabra "human", te sobran cientos de palabras. Para referirte a tu hermana, utiliza "human"; si llamas al camarero, pues "human"; en el momento que te atraquen, para ti, la policía ahora será "human", y si la policía te interroga sobre quién era el que te ha atracado, tú, con tu dominio del inglés, les dirás con cara de "claro que sé quien ha sido", y de forma convincente, "human".
Lección Tú (porque yo ya me la sé), combinaciones:
Si te señalan un lugar distinto del que has preguntado, les dices: "no, no" "baaaarrrr", para que quede constancia de que ellos no han entendido tu tan afinada pronunciación.
Si te ha mordido un perro y la policía te interroga, basta con decir "no human" para que ellos se den cuenta de que ha tenido que ser un animal (a excepción de si el perro aún sigue mordiendo tu pierna, con lo que los policías ya se darán cuenta por ellos mismos que no es un humano)
¿Que estás buscando trabajo? ¡Muy fácil! Dirígete a una empresa de trabajo temporal y diles con toda la confianza del mundo: ¡Human bar! ¡¡Y fijo que te hacen chef!!
En fin, pequeños lectores, que hoy ha sido mi primer día en la academia de inglés, del nivel upper-intermediate, que como todos sabréis, significa que "me iré al super en el intermedio". Todo sea para conseguir aprobar mis oposiciones de Lengua Extranjera el próximo año.
domingo, 1 de octubre de 2006
CCC (¡No es un curso a distancia!)
Lo último que uno sabe, es por dónde empezar (Blaise Pascal)
Al final, he podido entrar en mi propio blog. Digo esto, porque después de mi último documento, ha llovido mucho desde entonces..., bueno, llover, lo que se dice llover en el sentido literal, va a ser que no, así que cambiaré la anterior expresión por "se han secado mucho los pantanos desde entonces", sí, creo que esto lo entiende todo el mundo.
Y debido a tanto tiempo sin pasearme por aquí, sin dar muestras de vida (en sentido figurado, claro), sin aportaros otro granito más de mis aventuras y sin daros un pelín la plasta, pues resulta que casi olvido mi contraseña para entrar, jajaja. Y con lo olvidadizo que soy, aún no entiendo cómo he conseguido acordarme.
Os escribo, para anunciar públicamente mi compromiso de retomar este mundo tan fascinante del llamado (por mí), "CCC", que significa: "Cómodo Cotilleo Censurado", es decir, que desde vuestro ordenador, sentaditos, escuchando música, tomando una copa, acariciando a vuestras mascotas o peluches preferidos o cualquier otra actividad que os satisfaga, podéis enteraros de mis cosas sin tener que competir con otros paparazzi que me acosan cada vez que salgo a la calle (jejeje), aunque, eso sí, os enteraréis de lo que yo quiero que os enteréis, por supuesto.
Dicho esto, queridos lectores, bloggers, y demás bichos raros, me despido con un caluroso abrazo ahora que empieza el fresquito, dulce fresquito.
Al final, he podido entrar en mi propio blog. Digo esto, porque después de mi último documento, ha llovido mucho desde entonces..., bueno, llover, lo que se dice llover en el sentido literal, va a ser que no, así que cambiaré la anterior expresión por "se han secado mucho los pantanos desde entonces", sí, creo que esto lo entiende todo el mundo.
Y debido a tanto tiempo sin pasearme por aquí, sin dar muestras de vida (en sentido figurado, claro), sin aportaros otro granito más de mis aventuras y sin daros un pelín la plasta, pues resulta que casi olvido mi contraseña para entrar, jajaja. Y con lo olvidadizo que soy, aún no entiendo cómo he conseguido acordarme.
Os escribo, para anunciar públicamente mi compromiso de retomar este mundo tan fascinante del llamado (por mí), "CCC", que significa: "Cómodo Cotilleo Censurado", es decir, que desde vuestro ordenador, sentaditos, escuchando música, tomando una copa, acariciando a vuestras mascotas o peluches preferidos o cualquier otra actividad que os satisfaga, podéis enteraros de mis cosas sin tener que competir con otros paparazzi que me acosan cada vez que salgo a la calle (jejeje), aunque, eso sí, os enteraréis de lo que yo quiero que os enteréis, por supuesto.
Dicho esto, queridos lectores, bloggers, y demás bichos raros, me despido con un caluroso abrazo ahora que empieza el fresquito, dulce fresquito.
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