sábado, 6 de enero de 2007

Regalos del cuarto Rey Mago

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Una flor, para que aprendas a amar la tierra.
Una jaula sin puerta, para que aprendas a amar el aire.
Una vasija de barro, para que aprendas la fragilidad de las cosas.
Un reloj sin manecillas, para que vivas todo en presente.
Un abrazo en silencio, para que alumbres en ti la ternura.
Un libro, para que te sientas más libre.
Un día sin televisión, para que la noticia seas tú.
Un paseo por el campo, para celebrar la belleza del mundo.
Una caracola, para que aprendas a amar el agua.
Un atardecer dorado, para que bañes tus ojos de cielo.
El canto de los pájaros al amanecer, para que oigas la música de tu alma.
Un amigo para jugar, para recordarte tu humanidad.
Una noche estrellada, para que veas la eternidad dentro de ti.
Un día de lluvia, para que aprendas a ser agradecido.
Un día de sol, para que reconozcas la luz que llevas dentro.
Una canción, para que puedas celebrar la danza de la vida.
Una botellita cerrada. No la abras nunca, para que así puedas amar y comprender el Misterio.

"El regalo del cuarto Rey Mago", de José María Toro Alés.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Que contenta estoy! Todo eso nos lo trajo el Cuarto Rey Mago. Y yo quejándome por que no me habían traído nada. La verdad es que hay cosas que ya las tenía y El me ha enseñado a disfrutarlas, como el paseo por el campo y ver a mis cigueñas o el canto de los pájaros al amanecer. Un beso muy grande al Cuarto Rey Mago que ha hecho que me de cuenta de todo eso.

Acus dijo...

Dentro de ti, Anduría, también se halla encerrado un cuarto Rey Mago. Besos.